Contenido
- 0.1 Ni 5 minutos ni 1 hora: éste es el tiempo en el que debes caminar 1 km para ver resultados en tu cuerpo
- 0.2 Ni nadar ni montar en bici: el mejor ejercicio de bajo impacto para los mayores de 60 años con problemas en las rodillas
- 0.3 Ni pesas ni bandas de resistencia: el mejor ejercicio para que los mayores de 50 años ganen músculo
- 1 Este es el ejercicio que ayuda a las piernas sin desgastarlas
- 2 ¿Cómo empezar con natación a los 65 para el dolor en las piernas?
Con la edad llegan las facturas del tiempo… el brazo ya no se estira igual, la cadera se queja al levantarse, el cuello cruje por cualquier cosa… y las piernas, claro, no están para hacer sprints ni maratones. A los 65, muchos buscan moverse sin dolor, sin riesgo y sin terminar lesionados al tercer día. El problema es que no siempre encuentran el ejercicio ideal.
No todo se resume al yoga ni al pilates. Aunque son buenas opciones, hay otra disciplina que trabaja a fondo el tren inferior, mejora la circulación y además relaja el cuerpo entero, todo esto sin dañar las articulaciones. Esto es posible gracias a la natación, que no sólo es refrescante, sino también una terapia con beneficios acumulativos, perfecta para quienes tienen problemas en las piernas.
Este es el ejercicio que ayuda a las piernas sin desgastarlas
La natación es una de las actividades más completas y accesibles para los adultos mayores. Por un lado, el agua reduce el peso corporal, lo que significa menos presión en rodillas, tobillos y caderas. Por otro, cada brazada y patada activa los músculos sin el desgaste de un entrenamiento en seco.
El trabajo dentro del agua no exige rebotes ni impactos. Eso permite moverse con más libertad, incluso cuando hay dolores articulares o limitaciones de movilidad.
La natación fortalece las piernas por varias razones concretas:
- Cada movimiento de piernas en el agua activa músculos como los cuádriceps, isquiotibiales y pantorrillas, sin sobrecarga.
- El agua ofrece resistencia natural. No hace falta usar pesas: moverse ya es entrenar.
- Ayuda a mejorar la circulación en las piernas, lo que es clave para quienes sufren de varices, mala irrigación o entumecimiento frecuente.
- El entorno acuático facilita la movilidad articular y disminuye la rigidez muscular. Uno sale de la piscina más suelto, más liviano.
- Además, fortalece el equilibrio y la coordinación, lo cual reduce el riesgo de caídas.
Por otro lado, la posición horizontal al nadar favorece el retorno venoso, es decir, el flujo sanguíneo que sube desde las piernas hacia el corazón. Todo esto contribuye a piernas más fuertes, menos hinchadas y más ágiles.
¿Cómo empezar con natación a los 65 para el dolor en las piernas?
Si hace años que no te metes a una piscina, el primer paso no es lanzarse al agua como Michael Phelps. Lo ideal es comenzar con sesiones cortas, suaves, y siempre con supervisión médica o de un profesional de la actividad física.
Un buen punto de partida puede ser asistir a clases de natación adaptada o gimnasia acuática. Estas sesiones están diseñadas para adultos mayores y tienen en cuenta limitaciones físicas, lesiones previas y niveles de resistencia.
Lo recomendable es empezar con 15 o 20 minutos dos veces por semana. A medida que el cuerpo lo permita, se puede aumentar la frecuencia y la intensidad. Eso sí, el progreso tiene que ser gradual y sostenido. Nada de exigencias bruscas.
También es clave contar con el equipo adecuado: traje de baño cómodo, gorro, gafas, y, si es necesario, elementos de flotación. La idea es que la experiencia sea agradable y segura.