Paula Vázquez se sincera sobre la etapa más dura de su vida
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De repente a Paula Vázquez (42) se la tragó la tierra. Había sido una de las presentadoras más famosas de la década de los 90 y durante los 2.000 acompañó a miles de españoles mientras comían con su mítico ‘Juego del Euromillón’. Sin embargo, un día desapareció del mapa (mediático). Unos dicen que por decisión propia, otros que porque hubo una mano negra, pero lo cierto es que durante años pocos contratos televisivos firmó la rubia gallega hasta que hace unos meses llegó su gran oportunidad. Movistar le ofreció ‘El Puente’, un reality que está a punto de empezar su nueva temporada y que Vázquez ha presentado en el Festival de Vitoria muy ilusionada. Ha hablado de los nuevos retos a los que se enfrenta con este programa, pero también de lo que supuso apartarse de la televisión para evitar que la absorbiera por completo y para siempre.
Hay un momento personal en el que yo llevo desde los 17 años cara al público y necesito saber quién soy cuando la gente no me mira o qué quiero cuando la gente no me observa. De repente, con el tiempo he aprendido a ser feliz sin buscar la mirada del otro, a buscarme yo, a crearme un mundo paralelo además de la televisión para que esto vuelva a ser algo que hago por amor al arte”, confiesa Paula muy sincera, que prosigue: “Aprendí que mi vida puede ir por otro lado, completamente anónima y eso me hace muy feliz también. He necesitado estos tres añitos para reubicarme, para encontrarme, para saber un poco quién soy porque terminé creyendo que era lo que los demás escribían de mí y al final he dejado de verme por los ojos de los demás, ahora me veo por los míos”.
La gallega hace referencia a esos tres años de desconexión de los que salió hace apenas unos meses. Paula reconoce que lo pasó realmente mal, pero que ahora disfruta de nuevo de un gran momento. “Me llegó a absorber la televisión completamente. Estuve en un momento muy difícil, la verdad, porque llegas a los 40 y la gente de tu lado va por otro carril a toda velocidad y piensas: ‘¿Qué he hecho con mi vida? ¿Yo quería tener hijos o no quería tener hijos?’ No me he dado cuenta porque iba todo recto y no salía de los platós. No sé cocinar porque vivía de los caterings. Hay un mundo ahí afuera y me está esperando y yo no lo he vivido porque desde los 17 años vivo sola en Madrid y lo único que he hecho ha sido compartir mi vida con los miembros de un equipo”, confiesa la presentadora.
«Mi vida es mía y no cuento quien está conmigo y procuro aparcar a quien no lo ha elegido»
Para ella, que en noviembre cumplirá 42 años, la maternidad aún está lejos. Congeló sus óvulos para poder decidir si quería ser madre o no más adelante porque, de momento, asegura no estar preparada. “No me lo planteo. Tengo 42 años y me veo muy nueva. Lo que he hecho ha sido postergar mi maternidad congelando mis óvulos y creo que este va a ser el gran cambio de las mujeres en el mundo laboral. No me han llegado las ganas. Solo no lo haría. No me atrevo. Demasiada responsabilidad”.
Sin hijos a su cargo, por tanto, y tan reservada con su vida sentimental que prefiere no desvelar si tiene pareja o no, la Paula Vázquez que muestra su Instagram es el de una joven solitaria, imagen que no se corresponde con la realidad y que ella justifica: “Como empecé hace 26 años, para mí las redes sociales son muy nuevas. De repente, fue muy difícil empezar a hablar de mi vida privada porque me parecía algo demasiado ególatra, demasiado narcisista. Yo quería tener un perfil que tuviera que ver con mi trabajo y al mismo tiempo me daba un poquito de vergüenza ajena contar mi vida porque creo que no es tan interesante ni tengo nada tan importante que contar. Veía cómo los demás empezaban a hacer una exhibición brutal y al principio me dio miedo y me retuve mucho y colgaba solo detalles de trabajo. Sin embargo, poco a poco me he ido soltando, eso sí, con unos límites. Mi vida es mía y no cuento quien está conmigo y procuro aparcar a quien no lo ha elegido. Yo he elegido ser personaje público y no tengo que sacrificar la vida de mis allegados para que salgan conmigo. Si salgo o no con alguien es una parcela que me gusta reservarme para mí”.