Pillamos a Isabel Preysler con la ‘cara lavada’ antes de someterse a un tratamiento
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Sin gota de maquillaje y parapetada bajo unas enormes gafas de sol, Isabel Preysler luce un aspecto bien diferente y poco conocido. ‘Perfecta’ es una de sus palabras favoritas y así es como le gusta aparecer en sus salidas públicas, sobre todo, si hay prensa.
Prefiere posar siempre impecable. Si su pareja, el premio Nobel Mario Vargas Llosa, opina que “lo más hermoso de la vida es el amor y la literatura”, Isabel Preysler añadiría un concepto más a esa frase: la belleza.
LOOK descubre en exclusiva una imagen poco habitual en ella cuando llegaba a cara lavada a un centro de estética para someterse a un tratamiento de belleza.
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Pero bien dice el refrán que para presumir hay que sufrir y LOOK ha sido testigo de ello captando en exclusiva a Isabel Preysler acudiendo a una clínica de estética. Para dicha visita, era requisito indispensable ir ‘a cara lavada’, una imagen muy inusual en la filipina, pero que LOOK ha conseguido inmortalizar.
La cita era a las seis de la tarde de este miércoles y la novia de Vargas Llosa llegaba acompañada de su chófer, que le sujetaba el bolso. Preysler lució una camisa de tonos claros, un pantalón oscuro y gabardina azul marino. Con ayuda de sus gafas XL, intentó camuflarse sin éxito de la prensa, que la estaba esperando a las puertas del centro, donde estuvo algo más de dos horas.
El centro en cuestión es Massameh, una prestigiosa clínica situada al lado de la plaza de Chamberí, en pleno corazón de Madrid. A ella acuden personalidades como la reina Letizia, Penélope Cruz, Emma Suárez, Ana Duato, Lola Herrera, Carmen Martínez Bordiú, Ana Botella, Alicia Koplowitz, Ana Patricia Botín o mujeres de las familias reales de Jordania y Arabia Saudí.
La clave del éxito de esta clínica está en el uso de tratamientos de la Antigua Persia con avances de la bioquímica, aplicando componentes como el caviar iraní, el oro, la seda, el zafiro o la malaquita, que hacen que Isabel no pueda prescindir de ellos.
LOOK se ha puesto en contacto con la clínica y confirman que “Isabel es una clienta habitual desde hace muchos años” y que “acude todas las semanas a sus tratamientos”. De hecho, para Massi, la fundadora de la clínica, Preysler es ya una amiga que además le trajo el éxito de Marbella -donde comenzaron- a Madrid en 1994.
La clínica tiene productos propios que oscilan entre los 68 euros del más esencial y los 426 euros de crema anti-edad con extractos de caviar, diamante y perla negra.