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El truco definitivo acabar con las manchas en la cara: el tratamiento que usan las famosas

La aparición de manchas en la cara es un proceso complejo

Surgen de forma sigilosa, a menudo como recordatorios de jornadas al sol

Identificar correctamente el tipo de mancha que tenemos es crucial

Ver aparecer manchas en la cara es una de las preocupaciones estéticas más comunes. Esas pequeñas zonas de hiperpigmentación no solo afectan a la uniformidad de la piel, sino que, en muchos casos, pueden mermar la confianza de quien las luce. Surgen de forma sigilosa, a menudo como recordatorios de jornadas al sol sin la protección adecuada, de cambios hormonales o simplemente del paso del tiempo. Sin embargo, lejos de ser un destino irrevocable, la ciencia y la dermatología han avanzado a pasos agigantados para ofrecernos soluciones eficaces.

La aparición de manchas en la cara es un proceso complejo en el que interviene principalmente la melanina, el pigmento natural de nuestra piel. Como explica la doctora María Jesús García-Dihinx, especialista en Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital de Día Quirónsalud Zaragoza, «tratarlas es posible y existen varios tratamientos que te pueden ayudar a mitigarlas gradualmente e incluso a eliminarlas completamente». Factores como la exposición solar acumulada a lo largo de los años es el principal desencadenante, ya que los rayos UV estimulan de forma crónica a los melanocitos, las células productoras de melanina. A esto se suman los cambios hormonales, como los ocurridos durante el embarazo o con el uso de anticonceptivos, que pueden provocar melasma, un tipo de mancha más rebelde y extendida. Otros factores incluyen la inflamación post-acné, el envejecimiento natural de la piel e, incluso, cierta predisposición genética.

Principales tipos de manchas en la cara y sus causas

Identificar correctamente el tipo de mancha que tenemos es crucial para elegir el tratamiento adecuado. No todas responden a la misma solución. Los lentigos solares son quizás las más frecuentes; son esas pequeñas manchas marrones, bien delimitadas, que aparecen en zonas expuestas al sol como el rostro, el escote y las manos. Su único origen es la radiación ultravioleta.

Por otro lado, el melasma o cloasma se presenta como manchas más grandes y de bordes difusos, usualmente en las mejillas, la frente y el labio superior. Tiene un fuerte componente hormonal y se ve agravado por el sol. Finalmente, están las hipercromías postinflamatorias, que son las marcas planas y rosadas o marrones que quedan tras un grano de acné o una lesión en la piel, siendo más comunes en fototipos de piel más oscuros.

La piedra angular: prevención y cuidado diario

No nos cansaremos de repetirlo: la protección solar es, sin duda, el tratamiento más efectivo y económico. Su uso diario y durante todo el año no solo previene la aparición de nuevas manchas, sino que evita que las existentes se oscurezcan. La Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV) insiste en que un fotoprotector de amplio espectro (FPS 50+) debe ser un paso irrevocable en la rutina de cuidado facial de cualquier persona, independientemente de la estación o si está nublado. Además, incorporar antioxidantes tópicos como la vitamina C es un excelente complemento. Este ingrediente, además de uniformizar el tono, neutraliza los radicales libres y potencia la eficacia del protector solar, creando un escudo antimanchas muy potente.

Tratamientos tópicos: la primera línea de defensa

Cuando la prevención no es suficiente, los principios activos despigmentantes aplicados sobre la piel son el siguiente paso. Los más estudiados y eficaces son:

  • La hidroquinona: considerada el gold standard durante años, actúa inhibiendo la producción de melanina. Su uso debe ser siempre bajo prescripción médica y por períodos limitados.
  • El ácido kójico y el ácido azelaico: alternativas excelentes a la hidroquinona. Actúan de forma similar, son bien tolerados y además ofrecen beneficios antibacterianos (el ácido azelaico es excelente para pieles con tendencia acnéica).
  • Retinoides: como el retinol o la tretinoína. Aceleran la renovación celular, ayudando a eliminar las células cargadas de pigmento y a revelar una piel nueva y más clara. Como indica la Fundación Piel Sana de la AEDV, los retinoides son uno de los activos más versátiles y eficaces en dermatología estética.

Soluciones dermatológicas: cuando se necesita un abordaje más profundo

Para manchas en la cara más persistentes o consolidadas, los tratamientos médicos en consulta ofrecen resultados espectaculares.

  • Láseres y luces pulsadas: estas tecnologías actúan emitiendo una luz que es absorbida selectivamente por el pigmento melanina, fragmentándolo sin dañar la piel circundante. El cuerpo elimina estos microfragmentos de forma natural. Existen diferentes tipos de láser (como el Q-Switched o el Fraccional) que se eligen según el tipo y la profundidad de la mancha.
  • Peelings químicos: consisten en la aplicación controlada de ácidos (como el glicólico, salicílico o tricloroacético) que exfolian las capas superficiales de la piel, atenuando las manchas y mejorando globalmente su textura y tono. Son tratamientos que requieren de varios días de recuperación.

La paciencia y la constancia como aliadas

Decir adiós a las manchas de la cara es un proceso que requiere una estrategia multimodal. No existe una varita mágica, sino la combinación de una prevención férrea, unos activos cosméticos bien elegidos y, si es necesario, la guía de un dermatólogo que recomiende el tratamiento en consulta más adecuado para cada caso.

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