[Vídeo] Melania Trump vuelve a apostar por una de las firmas favoritas de Michelle Obama
Melania y Brigitte, duelo de estilo en la Torre Eiffel
El día que Melania Trump apostó por el diseño español
Donald y Melania Trump viajaban hacia el estado de Ohio para acudir a un acto del presidente de los Estados Unidos en el que celebraba la victoria parlamentaria y se debatía la reforma sanitaria. Ambos eran conscientes de que no sería una jornada fácil. Y así fue, ya que las protestas de hasta cuatro grupos de manifestantes opositores al Gobierno marcaron el evento.
Fue un día en el que todos los focos iban a apuntar (como de costumbre) a Melania Trump, convertida en el mejor apoyo de Donald. Para la ocasión, la Primera Dama escogió un vestido troquelado, sin mangas y con estampado floral, firmado por Monique Lhuillier. Una elección muy veraniega, que se ajustaba perfectamente a su silueta y con una gran explosión de color que le convertía en objetivo fácil de las cámaras. Melania complementó el look con unos stilettos, también en tonos rosa, de Christian Louboutin. Ambos artículos están agotados en las páginas web oficiales de los diseñadores.
Cabe destacar que no es la primera vez que Melania Trump apuesta por la modista filipina. Lo hizo también en junio de este mismo año, en su visita a la gala anual del Teatro Ford de Washington.
Aquel día lució impecable con un vestido minimalista largo, con drapeado delantero, realizado en crepé de seda color champán. Una pieza que en su día costaba cerca de 2.500 euros. Claro que el morbo hace acto de presencia cuando menos se espera y-casualmente- Lhuillier es una de las diseñadoras de cabecera de Michelle Obama, que ha confiado en sus creaciones para momentos tan importantes, como la recepción al Papa Francisco en la Casa Blanca.
Cuando Melania se dio a conocer y comenzó a ocupar titulares de estilo, parecía realmente difícil que se separara de sus estimados Dolce & Gabbana, pero poco a poco ha ido abriendo su abanico de diseñadores y confiando en otras propuestas. Una circunstancia que le llega de manera inevitable, ya que se ha visto casi obligada a cambiar su estilo, dada su actual condición y estatus.