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Girl Power

Working Girl: así ha cambiado el estilo de la mujer trabajadora

Las mujeres pisan fuerte y levantan la voz. Pese a vivir en una sociedad plagada de sexismos, clichés y estereotipos, la mayoría de trabajadoras occidentales disfrutan de derechos, autonomía, independencia y comienzan a ser visibles. Sin embargo, no siempre ha sido así. A lo largo de la historia, la mujer se ha reinventado (al igual que su estilo) y hasta no hace tanto, eran las grandes olvidadas.

Tenemos que retroceder hasta la Primera Guerra Mundial para comenzar a encontrar las primeras nociones de cambio y de la incorporación de la mujer al trabajo (asalariado). Ante la ausencia de trabajadores masculinos, que se encontraban combatiendo en el frente, las mujeres tuvieron que salir de sus casas y abordar una nueva situación, que se acentúo notablemente con la llegada de la Segunda Guerra Mundial.

Este significativo cambio no solo marcó el principio de la autonomía del género femenino, sino de una serie de reivindicaciones y de una lucha pacífica que unió y puso en pie a las mujeres con un claro objetivo: alcanzar los derechos de los que disfrutamos hoy y que celebramos juntas cada 8 de marzo.

Esta forzosa situación las obligó a convertirse en obreras asalariadas y las transformaciones estructurales comenzaron a llegar. Se impusieron las faldas y los pelos cortos, las mujeres encontraron su hueco en los sindicatos y muchas de ellas osaron a salirse de la norma una vez acabada la guerra: se negaban a volver al encierro y a la invisibilidad. Y ahí comenzó todo.

La sociedad daba síntomas de transformación y ellas empezaban a encontrar su hueco en nuevas profesiones. El movimiento feminista despertaba y las chicas reivindicaban trabajo igualitario, educación y participación en la vida pública.

La moda era (y es) un reflejo de toda revolución social y ahora somos testigos directos de la reinvención del estilo working girl. Si bien antes las mujeres se limitaban a un look lineal y sobrio, sin despuntes y con una continua evocación a lo masculino, actualmente las mujeres cobran independencia y su estilo, una nueva dimensión. Se despiden del clásico y clónico dress code impuesto desde hace décadas de traje de chaqueta y pantalón y se bajan de los incómodos tacones para apostar por un look más flexible y liberador. La mujer es individual, independiente y visible, al igual que su armario.

Esta premisa se ha trasladado hasta las pasarelas de la mano de prestigiosos diseñadores como Hermés, Proenza Schouler, Stella McCartney o Victoria Beckham, que han inundado buena parte de sus colecciones con guiños a la trabajadora de hoy.

El nuevo look working girl admite desde sneakers y medias de rejilla hasta vestidos cortos y jeans desgastados, prendas impensables años atrás a la hora para acudir a un puesto de trabajo. La diseñadora de moda y asesora de imagen Isabella nos descubre los secretos del nuevo código de la mujer trabajadora.

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