Descubre los increíbles beneficios de la leche de avena para la piel
¡Es una gran aliada natural!
Las leches vegetales son tendencia, aunque no se trata de una simple moda pasajera. Han llegado para quedarse. Y la leche de avena es una de las más consumidas en todo el mundo. Además de tener múltiples beneficios para el organismo, también es una gran aliada natural para el cuidado de la piel. Tiene un gran efecto antioxidante e hidratante, así que es fantástica para lucir un rostro más joven. ¡Te contamos cuáles son los beneficios de la leche de avena para la piel!
Si por algo es bien conocida la leche de avena es por sus propiedades antioxidantes. Previene el envejecimiento tanto de las células como de la piel gracias a su alto contenido en vitamina E y en aminoácidos esenciales. ¿Qué significa esto? Que los principales signos de la edad, como las arrugas y las líneas de expresión, tardan más tiempo en aparecer.
La leche de avena es una fuente muy rica en vitaminas del grupo B, sobre todo en vitamina B3. Esto hace que ayude a mejorar la salud de la piel. Varios estudios han demostrado que su aplicación tópica reduce las arrugas y retiene la humedad.
Sí, también tiene un gran efecto hidratante. Aporta a la piel el agua que necesita para estar sana. Y no sólo eso: también crea una capa protectora para evitar que el agua se escape.
A todo ello hay que sumar uno de los grandes beneficios de la leche de avena para la piel grasa. Regula la producción de sebo, elimina las impurezas, como puntos negros y espinillas, y reduce el tamaño de los poros.
Y, por último, esta leche vegetal realiza una exfoliación muy suave en la piel, eliminando las células muertas acumuladas. Esto es algo esencial para que la piel pueda respirar y oxigenarse.
Mascarilla con leche de avena y miel
Si quieres cuidar tu piel de una forma 100% natural, anímate con esta mascarilla a base de leche de avena y miel. Es muy fácil de hacer y de aplicar, y es fantástica para que la piel esté mucho más suave e hidratada.
Los ingredientes que necesitas son: 1 taza de leche de avena y 2 cucharadas de miel pura de abeja. Cuando los tengas, mézclalos hasta obtener una pasta homogénea. Deja que repose durante un par de minutos y aplica sobre el rostro limpio.
Luego, ponlo sobre la cara con las yemas de los dedos o con una brocha limpia y deja que actúe durante 15 minutos. Una vez transcurrido el tiempo, aclara con abundante agua tibia.