Lara Ferreiro, psicóloga: "Meghan Markle tiene un perfil totalmente narcisista"
Cuando Harry y Meghan hicieron en octubre de 2019 un viaje institucional a Sudáfrica en nombre de Isabel II, aceptaron ser grabados por un periodista amigo que lo convertiría en un documental. En él se apreciaron gestos de cansancio y hartazgo por parte de los dos. El viaje se preparó con una exquisita minuciosidad para poder levantar la popularidad de los duques que había caído en picado. Pero salió justo lo contrario. Fueron muchas las declaraciones que hicieron, todas ellas llamativas por ser «impropias» en el seno de la siempre rígida monarquía británica. Harry habló de su madre, de todavía le supuraba y acusando directamente a los periodistas, confirmó que estaba distanciado de su hermano. Meghan arremetió contra la prensa británica advirtiendo que los demandaría (como así sucedió) e incluso tuvo su momento «pucheros» cuando el periodista le preguntó si estaba bien.
Meghan rompía drásticamente con la norma número 1 de la reina Isabel II que era la de no mostrar jamás en público los sentimientos, mucho menos contarlos o airear trapos sucios. La popularidad de la pareja en Reino Unido, lejos de subir tras esos ataques de sinceridad, terminó por hundirlos. El barco comenzaba a hundirse y en enero de 2020 emitieron un comunicado anunciando que se iban de la familia real.
Harry creció en la presión que supone una familia real británica. Estaba acostumbrado. Ella, no. Pero, ¿cómo logró convencer Meghan a su esposo de que debía romper con todo? O, ¿cómo no se entiende que no pasara justo al revés, que fuera Harry el que tratara de ayudar a su esposa a aclimatarse a la difícil vida de ser una princesa real inglesa? La respuesta la encontramos, entre otras cosas, es sus perfiles psicológicos. Lara Ferreiro, psicóloga y escritora, experta en personalidades narcisistas, lo analiza para OKDIARIO.
Harry traumatizado por la muerte de su madre
La muerte de Diana de Gales cuando Harry tenía 12 años «fue un evento traumático con efectos profundos y duraderos que le ha generado un apego muy desorganizado», explica la experta. «Cuando una persona pierde la figura materna puede convertirse en alguien muy manipulable y si cae en manos de una persona tóxica, puede hacerles muchísimo daño. Este este tipo de pérdida que genera estrés postraumático y una profunda vulnerabilidad emocional, dejando a la persona con sentimientos de abandono, tristeza crónica, y una percepción distorsionada de la estabilidad emocional en la vida. La constante atención mediática que rodeó la muerte de su madre exacerbó el trauma, impidiéndole procesar adecuadamente el duelo. Harry estaba totalmente vacío y perdido hasta que conoció a Meghan y lo más probable es que sea ella la que dirige los pasos de la pareja en todas las decisiones que toman», explica la psicóloga.
Problemas de adicciones a sustancias
Harry ha hablado abiertamente sobre sus problemas con el consumo de drogas y alcohol en su juventud. «En la adolescencia el abuso de sustancias a menudo está vinculado con la búsqueda de alivio del dolor emocional. El comportamiento autodestructivo que se supervisa en esos años también podría ser el reflejo de un intento de llenar el vacío emocional para procesar su trauma y su duelo», explica la psicóloga.
No sentirse querido. Falta de amor de su padre
La relación distante con su padre, el rey Carlos III, ha sido mencionada por Harry en varias ocasiones. A nivel psicológico, la percepción de una falta de afecto o apoyo emocional por parte de un padre puede tener profundas repercusiones en el desarrollo emocional, y más cuando han sufrido una pérdida tan terrible como la de una madre. Harry ha sentido que su padre no estaba presente emocionalmente, lo cual podría haber exacerbado sentimientos de abandono o inseguridad emocional, aportando todavía más inestabilidad a su personalidad.
El perfil psicológico de Meghan Markle
«Todos los actos de Meghan, así como lo que cuenta demuestran que es una persona totalmente narcisista», asegura Lara Ferreiro. «El narcisismo en la triada oscura de la personalidad está relacionado con un sentido exagerado de la autoimportancia, la necesidad de admiración y una baja empatía hacia los demás. En sus múltiples apariciones en los medios de comunicación, tanto su lenguaje verbal, como el no verbal, indican que Meghan podría ser una persona egocéntrica, narcisista y superficial, ya que sólo habla de sí misma», asevera la experta.
«Tiene ese deseo aferrado de ser siempre la protagonista, por ello, podría hacer todo lo posible por controlar todo lo que la rodea a su antojo, aunque eso implique manipular a su pareja», sostiene Lara Ferreiro. «Meghan podría ser una persona que no soporta cometer ni un solo error y siempre se esfuerza por parecer ser alguien perfecto. Por ejemplo, una muestra de este narcisismo es que, en la ONG One Young World, en Manchester, pronunció la palabra “yo” 54 veces en menos de 7 minutos, en el primer discurso que dio tras separarse de la familia real británica. Otras pruebas de esta personalidad narcisista son la cantidad de portadas en las que aparece en un primer plano, dejando a Harry siempre detrás.
¿Maquievélica?
El maquiavelismo se caracteriza por el uso de la manipulación, la astucia y la explotación de otros para lograr objetivos personales. «Meghan ha sido muy estratégica en su relación con los medios, utilizando su influencia y recursos para mejorar su imagen pública. Alguien con tendencias maquiavélicas podría ser extremadamente calculador y sabría utilizar las relaciones interpersonales en su beneficio, lo que puede explicar las tensiones que ha tenido dentro de la familia real británica.
«En el caso de Meghan podemos observar una fuerte frialdad y desinterés hacia las consecuencias emocionales que su comportamiento ha provocado con otros miembros de la familia real británica. De hecho, su decisión de separarse de ellos y las tensiones que esto ha generado indican una falta de empatía hacia la familia de su marido y su cultura institucional.
Sentimientos de venganza por haber renunciado a su carrera como actriz
«Siempre ha utilizado la baza de haber renunciado a su vida y a su carrera como actriz para poder ser la esposa de Harry y formar parte de la familia real. Hacerse la víctima siempre le va a permitir mostrar un lado vulnerable para que el público empatice con ella y la vea como la perjudicada en toda esta historia, poniendo a la familia real británica como los verdaderos culpables de todas sus desgracias personales. Sin embargo, ha sido Harry ahora el que ha renunciado a todo: a sus privilegios reales, a su familia, a su país y a sus amigos», puntualiza la psicóloga.
Deseo constante por ser la nueva Lady Di
«Meghan llegó a la Casa Real británica pretendiendo ser esa Lady Di a la que todos querían, pues se saltaba el protocolo, quería imponer sus normas y saltarse la disciplina británica», explica Ferreiro. Meghan nunca encajó entre la familia real porque su personalidad no le dejaba adaptarse. «Ahí no podía ser la protagonista, el centro de atención, no tenía el carisma ni el cariño que la sociedad británica tenía por Lady Di», y, agrega, «ese deseo constante por ser como ella, pero estando siempre bajo su sombra, genera muchas frustraciones en una personalidad narcisista como la de Meghan», sostiene la experta.
Doble cara
Si estudiamos cómo se comporta, agrega la experta, «podemos llegar a la conclusión de que Meghan puede mostrar labilidad emocional, lo que significa que puede ser emocionalmente cambiante o impredecible. Esto puede generar tensiones en las relaciones interpersonales ya que, quienes la rodean pueden percibir que sus emociones o comportamientos son difíciles de predecir o gestionar. Este aspecto puede verse reflejado en el modo en que sus relaciones con ciertos miembros de la Familia Real, como el príncipe Guillermo y Kate Middleton, parecen haberse deteriorado rápidamente, arrastrando inevitablemente también a Harry. Muchos de los asistentes personales que Meghan tenía cuando formaba parte de la familia real británica renunciaron a su trabajo por esta doble cara de la actriz, ya que aseguraban que era imposible trabajar con alguien con este tipo de personalidad.
Harry adoraba a su familia y ya no
Antes de empezar su historia de amor con Meghan, Harry se llevaba muy bien con toda su familia, en especial con su hermano Guillermo y con Kate Middleton. «Sin embargo ahora, con Meghan en la ecuación, ya no se hablan, ha hecho un documental hablando mal de su familia, etc. Meghan no solo se lleva mal con la familia de su marido, sino también con la suya propia, ya que sólo mantiene cierta relación con su madre».
«Es una prueba más de cómo una persona tan maleable como Harry se neutraliza por completo y queda a merced de alguien controlador como Meghan. Harry tendría que haber puesto límites a Meghan y no permitir ni el libro ni el documental donde ponen verde a la familia real británica. En general, la sociedad británica se da cuenta de toda esta situación, pues la opinión pública no termina de tenerle cariño a Meghan debido a todos estos conflictos», concluye Lara Ferreiro.