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Días de reflexión para el recién estrenado Rey Carlos de Inglaterra. Casi dos semanas después de la muerte de su madre, la Reina Isabel, el nuevo monarca ha vuelto a Escocia, lugar en el que falleció la soberana, pero a un escenario diferente. Si la Reina Isabel exhaló su último suspiro en Balmoral, Carlos III ha elegido Birkhall para pasar estos días de luto. Tal como confirmaron fuentes oficiales, más allá de las jornadas de luto decretadas de manera institucional, la Familia Real va a observar una semana más de luto hasta retomar su actividad oficial. Por el momento no se ha confirmado cuándo está previsto que los Windsor reactiven su agenda, aunque todo apunta a que será de cara a mediados de la semana próxima.
Unos días de introspección y análisis para el monarca, que tiene que afrontar ahora la primera etapa de su reinado, después de despedirse de su madre. Para Carlos no está siendo un momento fácil, ya que, no hay que olvidar que lleva más de cincuenta años a la espera de ocupar el trono y que ya está en la recta final de su vida. La sombra de su madre es alargada y muchos sectores ven en su hijo el príncipe Guillermo el heredero natural de la monarca.
Para Carlos, Birkhall es un lugar muy especial. La propiedad ha sido descrita como «un refugio único de comodidad y carácter» por el propio Rey, y es allí donde Carlos y Camilla pasaron parte de su luna de miel después de su boda en 2005. También escogieron Birkhall para pasar el confinamiento durante la etapa más complicada de la pandemia, lo que nos ha permitido ser testigos directos de algunas de las estancias de la residencia, ubicada a poca distancia del Castillo de Balmoral.
Birkhall está ubicado en una propiedad de 53,000 acres. La residencia data del siglo XVIII y su situación la convierte en el lugar ideal para mantener el distanciamiento social. El Rey heredó la casa de su abuela, la Reina Madre, cuando ella murió en el año 2002, pero no es el único refugio del monarca. También cuenta con Highgrove House, cerca de Gloucestershire, una casa que nunca fue mucho del agrado de Diana de Gales, así como el Castillo de Mey, que también heredó de su abuela y en cuyos terrenos abrió un bed and breakfast de diez habitaciones en 2019.
En lo que respecta al patrimonio de la Reina Isabel, el soberano hereda de la madre tanto el Castillo de Balmoral como Sandringham House, que no pertenecen a la Corona y que siempre han sido muy especiales para Isabel II. Según parece y, a falta de confirmación oficial, la intención del Rey es abrir un museo en la propiedad escocesa y aprovechar la residencia de Norfolk para una granja ecológica. No hay que olvidar que Carlos III está muy implicado en el cuidado y conversación del medio ambiente.