Benedicta de Dinamarca: secundaria de lujo y confidente de la reina Ana María
La princesa Benedicta juega un papel esencial en la estructura de la monarquía
Es la confidente de la reina Margarita, pero también de Ana María de Grecia
Es la única de las tres hijas de la reina Ingrid que no se ha convertido en reina, aunque se dice de ella que es la más regia. La hija mayor de Ingrid, Margarita, ha sido hasta hace poco la reina titular de Dinamarca, mientras que Ana María lleva el título de reina de Grecia -la última de las consortes con este título, por cierto-. Benedicta, la segunda de las hijas de Federico IX ha sido princesa desde su nacimiento y sigue siendo una figura fundamental para la familia real de Dinamarca, sobre todo, en los momentos críticos, cuando hay escasez de miembros para ejercer labores de representación.
Nacida en el Palacio de Amalienborg el 29 de abril de 1944, Benedicta es un apoyo esencial para la reina Margarita a nivel personal y, como es lógico, también para la reina Ana María de Grecia. Pero, más allá de su papel privado, la princesa se ha convertido en una persona de peso dentro de la institución. El nacimiento de la princesa se esperaba con muchas ganas ya que, por entonces, en Dinamarca regía la Ley Sálica. Sin embargo, cuando Federico IX ascendió al trono -teniendo tres hijas-, puso en marcha el proceso para que su hija mayor pudiera reinar.
La princesa Benedicta pasó parte de su infancia en la capital danesa, pero estudió también en internados de Suiza e Inglaterra. Asimismo, pese a que no fue a la universidad, asistió a clases de moda y diseño en Copenhague.
Aunque al principio tenía una relación más distante con la reina Margarita -por la diferencia de edad-, no así con Ana María, con la que siempre se llevó muy bien. La propia reina Margarita habló de la distancia inicial con sus hermanas por la diferencia de edad en una biografía que se publicó en 2019. «Benedicta es cuatro años más joven y esa es una gran diferencia hasta que eres adulto. Dos años más tarde nació Ana María y las dos estaban unidas de una manera completamente diferente. Aunque crecimos en un hogar donde convivíamos, en realidad había una gran distancia», expresó la madre del rey Federico X.
Comprometida con su papel
A sus 80 años, su agenda está cargada de compromisos de diversa índole. Es patrocinadora de más de 30 asociaciones y entidades danesas, así como de varias fundaciones internacionales. Además, hay que destacar que Benedicta es la presidenta del legado de su madre, la reina Ingrid, y ha recibido numerosas condecoraciones a lo largo de su vida, entre ellas, la Orden de Isabel la Católica.
A pesar de que participa en compromisos de diferente índole, la hermana de la reina Margarita está especialmente vinculada a causas benéficas y a temas relacionados con la cultura y la historia de Dinamarca. Benedicta ha representado a la madre del rey Federico X en numerosas ocasiones, tanto en eventos nacionales como internacionales y, además, tiene la capacidad de ejercer como regente cuando el rey y el príncipe heredero se encuentran fuera del país.
De hecho, en 2023, antes de que se anunciara la abdicación de la reina Margarita, la princesa Benedicta tuvo que asumir el papel de regente mientras la monarca se recuperaba de su intervención de espalda y el entonces príncipe Federico estaba de viaje oficial en el extranjero. Pese a su férreo compromiso con la institución y toda la labor que lleva a cabo, Benedicta sigue siendo una de las royals menos conocidas.
Esto se debe a que su papel siempre ha sido estar en segundo plano y ha sido muy consciente de que el protagonismo oficial era para su hermana mayor, la reina Margarita, al tiempo que debía ofrecer apoyo a la pequeña. Especialmente importante toda la labor que la princesa ha hecho como soporte de la reina Ana María a raíz de la enfermedad y posterior fallecimiento del rey Constantino de Grecia, un golpe muy duro para ella.
Su vida privada
La princesa Benedicta de Dinamarca contrajo matrimonio en 1968 con el príncipe Ricardo de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, que falleció en marzo de 2017. La pareja se había conocido en la boda de Beatriz de Holanda. Ricardo de Sayn-Wittenstein pertenecía a una de las dinastías más importantes de Alemania, pero su relación no fue vista con buenos ojos por el pueblo danés, porque no estaban dispuestos a aceptar un matrimonio con un alemán sucesor al desaparecido trono del país por la proximidad del fin de la ocupación nazi.
La princesa y su prometido tuvieron que negociar con el Gobierno y, finalmente, se decidió que si ella fuera la heredera, el matrimonio y su familia tendrían que vivir en Dinamarca y él renunciaría a la nacionalidad alemana. Esto nunca ocurrió porque, en el momento de la boda, la reina Margarita ya se había casado con Enrique de Laborde de Monpezat y esperaba su primer hijo.
Benedicta y Ricardo tuvieron tres hijos: Gustavo, VII príncipe de Sayn-Wittgenstein-Berleburg, Alejandra, condesa von Pfeil und Klein-Ellguth, y la princesa Natalia. Ninguno de ellos forma parte de la línea de sucesión porque se criaron en Alemania. Tras la muerte de su marido, la princesa Benedicta retomó sus compromisos oficiales.