Casa Real

por encima de Carlos III

Las claves que convierten a la princesa Ana en la heredera real de Isabel II

La hermana del rey Carlos es una de las figuras más importantes de la nueva monarquía, a pesar del deseo del soberano de reducir al máximo la estructura de la institución.

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  • Andrea Mori
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La princesa Ana es una de las figuras clave de la monarquía británica. La única hermana de Carlos de Inglaterra es quizás una de las royals más discretas del entramado de ‘La Firma’ pero también, más profesionales y dedicadas a su labor. A diferencia del propio monarca, cuyos hijos tienen títulos de príncipe, o del duque de York, que nunca quiso renunciar a esa posibilidad para sus vástagos, la princesa real fue la primera en dar un paso adelante y marcar distancia entre su papel oficial y el futuro de su descendencia.

La princesa Ana con la Reina Isabel. / Gtres

Lo hizo con maestría, sin polémicas, muy alejada de la actitud que, por ejemplo, han mantenido posteriormente Enrique y Meghan, que tanto se han quejado de estar en la esfera pública y que, sin embargo, no han renunciado a los títulos para sus hijos. Ana del Reino Unido ha encarnado a lo largo de toda su vida la dedicación a la institución marcando la distancia con la parte más privada de su familia.

La hermana del rey Carlos es un apoyo fundamental para el soberano, pero ya lo era en tiempos de Isabel II. Imposible no recordar el rostro compungido y lloroso de la Princesa tras el féretro de su madre cuando recorría las calles de la ciudad Edimburgo hace casi un año. Ella también era la que estaba a su lado cuando exhaló el último aliento, en una de sus residencias preferidas y quizás, para muchos, ella habría sido la perfecta sucesora.

La princesa Ana en un acto oficial. / Gtres

Sin embargo, el destino no lo quiso así. Ana nació en 1950, dos años después de que llegara al mundo su hermano, actual jefe del Estado y al que está muy unida. De hecho, algunas fuentes apuntan a que ella es una de las pocas personas -quizás la única-, que no tiene reparos en decirle al monarca las cosas tal como las piensa, algo que demostró recientemente, cuando en unas declaraciones en una entrevista declaró abiertamente su desacuerdo con la decisión de Carlos de reducir la Familia Real a su mínima expresión.

Es cierto que la vocación del nuevo soberano ha sido siempre la de una monarquía útil y con pocos miembros, para evitar un gasto excesivo que pueda generar polémicas. Pero en ese esquema, en el que el protagonismo es de los Reyes y los príncipes de Gales, la princesa Ana y los duques de Edimburgo nunca han faltado. La hermana de Carlos III es una suerte de ‘reina en la sombra’ -con permiso de Camila- y es la que más se parece tanto a su madre como a su padre.

La princesa Ana con el rey Carlos. / Gtres

Ana, cuyo título principal es más que probable que pase algún día a la princesa Carlota como hija mayor del futuro rey, tiene muchos rasgos heredados con la Reina Isabel, y otros tantos compartidos, fruto del tiempo que ha pasado con ella y de la educación que ha recibido. Es amante de los animales, siente debilidad por Escocia, es una gran profesional y está absolutamente dedicada a la institución. La Princesa no cuestiona las decisiones del monarca y ha sido casi siempre la que más actos oficiales ha tenido en su agenda, lo que la convierte en la royal más trabajadora de los Windsor.

Según varias fuentes, Isabel II -y también el príncipe Felipe-, estaban profundamente orgullosos de la Princesa y admiraban su capacidad para desenvolverse con soltura en los entornos institucionales. De hecho, la Reina Isabel siempre alababa sus logros delante del propio Carlos y admiraba cómo había rechazado los títulos para sus dos hijos, para que pudieran tener una vida normal. La Princesa también ha sido una firme defensora de su madre. Es más, a pesar de las críticas que Isabel II recibió por su actitud tras la muerte de Diana de Gales, Ana no dudó en salir en su defensa y recalcar que hizo lo que tenía que hacer al quedarse con Guillermo y Enrique en Balmoral.

La princesa Ana en una imagen de archivo. / Gtres

Su intachable historial hace de ella una figura fundamental para el rey Carlos, en un momento en el que el monarca está sentando las bases de su reinado y busca librar a la Corona de los escándalos de los últimos años. Carlos necesita la experiencia, el bagaje y la profesionalidad de Ana, uno de los miembros más reputados de ‘La Firma’, para esta etapa de transición hacia un futuro en el que serán los príncipes de Gales los protagonistas de la Historia. La princesa real es el eslabón fundamental para mantener vivo el legado de la Reina Isabel sin quitar relevancia al nuevo jefe del Estado, pero también un apoyo personal que a veces va más allá de la propia Camila Parker. Al fin y al cabo, la complicidad entre ambos es más que evidente, igual que a la Reina Isabel le ocurría con la princesa Margarita.

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