El vínculo de la Casa de Alba con la dinastía Estuardo

Cayetano Martínez de Irujo colgaba ayer en sus stories de Instagram un par de fotos vestido con el traje típico escocés, esto es, con un kilt o falda escocesa. A muchos podría haber extrañado esto pero lo cierto es que tiene una explicación muy sencilla y es de carácter histórico. La Casa de Alba es uno de los linajes más importantes de España, junto con el de Medinaceli. Son muchos los títulos asociados a ella que se han ido incorporando a lo largo de los siglos por diversos matrimonios. Hay uno que muchos quizás desconozcan y es el de su conexión con la dinastía Estuardo y que está reflejado en el apellido Fitz-James Stuart.

La Casa de Alba ya era en la época de la baja Edad Media un linaje de enorme importancia en torno a la monarquía castellana que no dudó en premiar su rey Enrique IV, el hermano de Isabel la Católica, en 1472, con el ducado de Alba de Tormes. El apellido más conocido durante siglos fue el de los Álvarez de Toledo pero los linajes, al igual que las dinastías en las monarquías, tienen la obligación de la descendencia para no desaparecer. La famosa duquesa de Alba retratada por Goya, María Teresa de Silva y Álvarez de Toledo murió sin descendencia en 1802 y cayó el ducado en el primo segundo de la señora duquesa, Carlos Miguel Fitz-James Stuart, duque de Liria y de Jérica que aportó, lógicamente, esos ducados a la Casa de Alba.

El nuevo duque de Alba era sucesor directo de James Fitz-James Stuart, hijo extra matrimonial y, por tanto, ilegítimo, del Rey Jacobo II de Inglaterra. Este monarca es de suma importancia en la historia de Escocia. No tenía ninguna posibilidad en un principio de ser rey ya que era el tercer hijo, aunque segundo superviviente, de Carlos I de Inglaterra (que fue decapitado por Cromwell). Fitz viene del francés fils y significa hijo, siendo así como nombraban los reyes de Inglaterra a sus hijos bastardos (algo muy común, por cierto). Por lo tanto Fitz-James Stuart significa literalmente el hijo (ilegítimo) de Jacobo Estuardo.

Jacobo II fue rey de Inglaterra, Escocia e Irlanda desde el 6 de febrero de 1686 hasta su derrocamiento con la Revolución Gloriosa en 1688 siendo el último monarca católico en reinar en lo sería con posterioridad Reino Unido. Se fue al exilio a Francia. Sus herederos, que no cesaron en recuperar el trono, fueron apoyados por el movimiento jacobita. La famosa serie Outlander narra con bastante precisión histórica esto, poniendo el foco en la famosísima batalla de Culloden (que perdieron). Se casó dos veces, la primera se quedó viudo sin descendencia y la segunda, con María de Módena, que llegó a tener hasta doce embarazos pero solo 3 hijos lograron llegar a la edad adulta.

Su gran amor, Arabella Churchill

Como muchos monarcas a lo largo de la historia, Jacobo tenía a su esposa y a su amante. Estas mujeres generalmente pertenecían a la nobleza, estaban en la corte. Arabella era hija sir Winston Churchill, un antepasado del afamado político inglés del mismo nombre, y de Elisabeth Drake. Su hermano era duque de Marlborough.

Los Churchill eran como los Alba, unos grandísimos defensores de la causa monárquica por lo que, lejos de ser un escándalo que su hija fuera la amante del futuro rey, no solo fue motivo de vergüenza sino de orgullo, especialmente porque le dio cuatro hijos varones ( y dos hijas). Cuando comenzaron a ser amantes él no era, ni siquiera, heredero, tan solo duque de York. Una vez ya rey y estando casado con su segunda esposa, su amante se convirtió en una de las damas de la reina, otro clásico en las monarquías. Su relación duró 10 años y después ella se casaría y tendría 3 hijos más, esta vez, legítimos.

El hijo «ilegítimo», James

Cuando nació, su padre no era todavía rey y cuando este sube al trono, decidió entrar en el ejército al servicio de Carlos V, duque de Lorena, en Francia. En 1686 James decidió regresar a Inglaterra recibiendo el título de su padre de duque de Berwick, par de Inglaterra, barón de Bosworth y conde de Tinmouth.

Se casó dos veces, la primera enviudó sin descendencia y la segunda tuvo 13 hijos con Anne Bulkeley. En 1701, al fallecer su padre y no teniendo ninguna posibilidad de acceder al trono, se nacionalizó francés instalándose en la corte de Luis XIV.

Guerra de sucesión española

En 1700 fallece sin descendencia en España Carlos II el Hechizado, el último miembro de la casa de Austria inaugurada por Carlos I, nieto de los Reyes Católicos. Las potencias europeas enseguida pusieron sus ojos para colocar algún candidato suyo. Inglaterra y Países Bajos propusieron al archiduque Carlos de Austria, hijo del emperador del Sacro Imperio, mientras que Francia propuso a Felipe de Borbón, nieto de Luis XIV.

James Fitz-James Stuart comandó las tropas españolas en la famosa batalla de Almansa el 25 de abril de 1707. Aunque no fue decisiva para ganar la guerra sí logró que Valencia fuera ocupada por las tropas borbónicas y que sus fueros, junto a los de Aragón, tras la publicación de los Decretos de Nueva Planta. La guerra finalmente terminó con el Tratado de Utrecht en 1713 en la que, otras cosas, perdimos Gibraltar, hasta la fecha. Ganó la guerra el candidato francés, Felipe, el futuro Felipe V, inaugurándose así la dinastía Borbón que permanece.

Creación del ducado de Liria

Por sus servicios a la corona se le otorgó el título de duque de Liria, además de recibir el título de duque de Fitz-James así como el de dignidad de par de Francia en 1710. El ducado de Liria y Jérica fue creado expresamente por Felipe V el 13 de diciembre de 1707 a favor de James Fitz-James Stuart. La denominación hace referencia a la localidad de Liria, en Valencia y Jérica, en Castellón. Desde entonces y hasta ahora lo han ostentado doce duques, siendo el actual Carlos Fitz-James Stuart, duque de Alba.

¿Los Alba, reyes de Escocia?

El 18 de septiembre tuvo lugar el reférendum de independencia de Escocia de Reino Unido, ganando la opción del no. Salieron en esos momentos teorías disparatadas como que, en el caso de que Escocia fuera independiente, podría aspirar al trono la entonces duquesa de Alba, Cayetana. Fue disparatada porque en ningún caso los escoceses se plantearon dejar de tener como soberana a Isabel II pero, ciertamente, el actual duque de Alba es uno de los candidatos al muy improbable trono escocés independiente.