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La relación se rompió a finales de 2022

Tamara Falcó y Boris Izaguirre: cronología de una amistad en el punto de mira

Las declaraciones de Tamara Falcó en el foro de la familia en México no le sentaron bien al periodista

Este contraatacó duramente con un mensaje público a la que hasta entonces era su amiga

Boris Izaguirre siempre ha formado parte del círculo de amigos más íntimos de Isabel Preysler y, por ende, de su hija Tamara Falcó, a la cual ha defendido a capa y espada durante los últimos años. Sin embargo, la relación entre el periodista y la marquesa de Griñón saltaba por los aires a finales de 2022 a raíz de las palabras que este le dedicaba en un artículo tras el paso de la joven por la XIV edición del Congreso Mundial de las Familias en México.

Tamara Falcó y Boris Izaguirre / Gtres

En dicho evento católico, Tamara pronunció un discurso que fue entendido como un ataque al colectivo LGTBIQ+, del cual Boris Izaguirre es uno de sus máximos exponentes. «Estamos viviendo un momento muy complicado para la humanidad, donde hay tantos tipos de sexualidades y sitios donde puedes ejercer el mal que creo que, en otras generaciones, no era tan evidente o no estaba tan bien visto», dijo la hija de Isabel Preysler.

Aunque más tarde intentó matizar sus palabras asegurando que no pretendía incitar al odio, que no era homófoba, tal y como se la estaba acusando, y que la palabra desviaciones hacía referencia a los comportamientos que Íñigo Onieva había tenido durante su noviazgo -en ese momento habían dejado la relación- y que no estaban «alineados» con su forma de entender la vida en pareja, lo cierto es que la polémica estaba servida. Y uno de los más duros en responderla fue precisamente su amigo desde la columna que tiene en El País.

«En una suerte de esfuerzo mancomunado conseguimos alejar a Tamara del engañoso Íñigo Onieva, algo que ella reconoció tanto en Madrid como en su polémica participación en la cumbre mexicana. Ahora deberíamos repetir el esfuerzo para alejarla de esa ideología odiosa que la rodea», empezó escribiendo sobre Tamara. «A esos santos radicales no les importa que le cuelguen el sambenito de homófoba; aunque ella lo niegue, ese discurso lo es», destacaba, sugiriéndole un alejamiento «de las malas compañías» y una disculpa «explícita».

Estas frases, no obstante, fueron el principio del fin de una relación que se había mostrado incluso en la primera temporada del documental de Netflix llamado Tamara Falcó: La marquesa. El disgusto de la joven, y el de su madre, con el comportamiento de Boris fue tal que, a pesar de sus disculpas, este no fue invitado a uno de los días más especiales de su vida: el de su boda el pasado 8 de julio en El Rincón.

Pero esto no le cejó en su empeño de intentar tender lazos con la familia, a través de diversas manifestaciones públicas y también por privado. Así, a finales de septiembre, Boris Izaguirre confesaba que había conseguido acercar posturas tanto con Tamara como con Isabel Preysler pero que esta vez la cosa iba a quedar entre ellos, de manera íntima. Y así es como están llevando el asunto. Hace solo unos días, el periodista aseguraba que lo suyo con la marquesa de Griñón evoluciona «poquito a poco». «Yo creo que va muy bien», destacaba. Y tanto es así que se animaba a enviarle un ramo de rosas por su 42 cumpleaños a casa de su madre.

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