De símbolo de lujo a prueba judicial: la historia oculta del yate de Josep Santacana y Sánchez Vicario
La justicia ha embargado y precintado el yate RA, vinculado a Josep Santacana
La embarcación, de 25 metros y valorada en un millón de euros, estaba registrada mediante sociedades en Florida
El caso forma parte de la batalla judicial entre Santacana y Arantxa Sánchez Vicario
La pugna legal que desde hace años enfrenta a la ex número uno del tenis mundial Arantxa Sánchez Vicario con su ex marido, Josep Santacana, ha sumado un nuevo episodio que apunta directamente a uno de los bienes más emblemáticos del empresario: el yate RA. Esta embarcación de 25 metros de eslora, construida en 1989 y considerada una joya náutica vintage, ha sido localizada y precintada en el puerto de Rosas, en la Costa Brava, por orden del Juzgado de lo Penal número 25 de Barcelona. El auto judicial, fechado el 8 de mayo de 2025, decreta el embargo preventivo de la nave como garantía para cubrir una responsabilidad civil que supera los 6,6 millones de euros. Esa cantidad corresponde a la condena que pesa sobre Santacana, declarado cooperador necesario de un delito de alzamiento de bienes e insolvencia punible agravada en la causa abierta a instancias del Banco de Luxemburgo.
Aunque oficialmente Santacana fue declarado insolvente en 2021, la investigación judicial sostiene que el yate sigue bajo su control a través de un entramado societario con sede en Florida. Según la magistrada, la embarcación pertenece a la sociedad Blue Moon Marine Services LLC, cuyas participaciones estarían a nombre de un testaferro, Jonathan Eckhard. El RA también soporta una hipoteca procedente de otra empresa vinculada al empresario, All Reserve LLC. Ambas sociedades están domiciliadas en Estados Unidos y mantienen vínculos cruzados de propiedad y deuda.
Una historia de desapariciones y reapariciones
La trayectoria del RA en este conflicto se remonta a finales de 2017, cuando Santacana inició el procedimiento de divorcio en Miami. En esos meses, el barco estaba amarrado en el Puerto del Fórum, en Barcelona. Sánchez Vicario, que acababa de retomar la relación con su familia tras años de distanciamiento, les pidió ayuda para verificar su ubicación. La prensa confirmó que seguía allí, pero poco después de hacerse pública la noticia, la embarcación desapareció sin dejar rastro. Durante años, su paradero fue un misterio. No fue hasta siete años después, en 2025, cuando las autoridades lograron ubicarlo en la Costa Brava. El hallazgo llevó a la jueza a ordenar su precinto inmediato: el RA no podrá abandonar el puerto, ser trasladado ni recibir visitas salvo las autorizadas expresamente por el juzgado.
Una pieza clave del lirigio
El embargo del RA no solo bloquea un activo valioso -cerca de un millón de euros invertidos entre compra y reforma-, sino que también busca evitar que Santacana pueda seguir ocultando patrimonio. La resolución judicial va más allá e incluye el embargo preventivo de las participaciones de las sociedades Blue Moon Marine Services LLC y All Reserve LLC, así como del crédito que una mantiene sobre la otra.
En paralelo, el proceso judicial sigue abierto en dos frentes. En España, se tramita la ejecución de la condena penal, pendiente aún de un recurso de casación ante el Tribunal Supremo. En Estados Unidos, continúa el procedimiento de divorcio en Miami, donde Sánchez Vicario intenta demostrar que su exmarido gestionó y desvió su fortuna mediante operaciones opacas.
El yate RA: un barco que también simboliza una vida
El RA fue, durante años, escenario de veranos familiares, travesías y reuniones sociales que representaban el estilo de vida que Santacana y Sánchez Vicario mantenían antes de la ruptura. Ahora, el mismo barco es un bien inmovilizado, rodeado de precintos y convertido en garantía judicial. Mientras tanto, Sánchez Vicario, representada en España por el abogado penalista Borja Vives Iborra, se mantiene firme en su objetivo: esclarecer el destino de los fondos generados en su carrera y recuperar al menos parte de ellos. Santacana, defendido por Juan Segarra del despacho de Pau Molins, continúa litigando para revertir su condena y evitar perder definitivamente el control de sus bienes.
En un discreto rincón del puerto de Rosas, el RA permanece inmóvil. No es solo un yate; es el testigo mudo de una batalla judicial que lleva más de siete años y que aún promete nuevos capítulos. Lo que un día fue símbolo de éxito y lujo, hoy es la pieza central de un proceso judicial internacional que enfrenta a una leyenda del tenis y al hombre que fue su marido.