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No tuvo suerte

Sergio Dalma quiere deshacerse de su residencia ‘maldita’ por 250.000 euros

Sergio Dalma ha utilizado las plataformas online de venta de inmuebles para deshacerse de su casa en el lago de Sanabria, que no le ha dado más que disgustos. Por el módico precio de 250.000 euros, el cantante trata de vender lo que era su refugio

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Sergio Dalma, en 1999, quiso alejarse de las grandes urbes y encontrar refugio en la zona del lago de Sanabria (Zamora). El cantante adquirió una residencia de 300 metros cuadrados, donde pretendía huir del estrés y buscar la calma necesaria para continuar su carrera artística. Sin embargo, solo acabó por darle auténticos quebraderos de cabeza. Los problemas con las normativas urbanísticas convirtieron su casita del lago en toda una maldición. 20 años más tarde, Sergio Dalma ha optado por poner fin a las complicaciones y cortar por lo sano. Por el módico precio de 250.000 euros, se puede adquirir desde este momento la casa del cantante. 

Ubicada a 15 kilómetros del lago de Sanabria, uno de lo más destacados de la geografía española en Castilla y León, el que era destinado a ser el refugio de Sergio Dalma cuenta con un estilo rural, cálido y perfecto para la desconexión de las grandes ciudades. «Casa con excelentes acabados, calefacción de gasóleo con radiadores de hierro fundido. Dispone de 4 habitaciones con sus respectivos baños, salón, sala multiusos, cocina, bodega, porche, zona de barbacoa, garaje y jardín con riego y pozo», de esta manera vende el cantante el que ha sido su hogar.

20 años de problemas

Aunque Sergio Dalma se las prometía felices al adquirir su particular casa del lago, los problemas comenzaron nada más empezar su aventura.  Hacienda, en el 2017 y tal y como desveló ‘Jaleos’, investigó la residencia al pensar que el uso de la vivienda podía no corresponderse con lo declarado.  La presencia de dos pozos que, supuestamante, no se incluían en los registros provocaron problemas con el Registro de Aguas de la Confederación Hidrográfica del Duero. Y, por si fuera poco, los muros de la casa no respetaban la normativa de 1998. Ahora Sergio Dalma aspira a poner punto y final su propia maldición. 

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