Del último encuentro con su padre al dardo a Raquel Mosquera: Rocío Carrasco tira por tierra lo que se ha dicho hasta ahora
En el episodio seis de 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', Carrasco ha relatado los pormenores de la relación con su padre
El sexto episodio de ‘Rocío, contar la verdad para seguir viva’, emitido la noche del miércoles en Telecinco, comenzó con una Rocío Carrasco emocionada y con ganas de aclarar todo lo concerniente a sus relaciones familiares. Y comenzó con la que mantenía con su padre, Pedro Carrasco, con quien tuvo un distanciamiento tras el grave accidente de tráfico que sufrió junto a Fidel Albiac y que casi le cuesta la vida. «Cuando salí del hospital fui yo quien determina que necesito un tiempo para volver a hablar con él», dijo en la entrega anterior.
Mucho se habló en su momento sobre esta crisis entre padre e hija, especialmente cuando el exboxeador falleció de manera repentina el 27 de enero de 2001 debido a un infarto. Raquel Mosquera no tuvo reparo en admitir que a la muerte de su marido, su hija y él no se hablaban, pero iba un paso más allá explicando que la última vez que se vieron, la discusión fue tal, que «a Pedro se le rompió el corazón».
Pero anoche Rocío Carrasco despejó todas las dudas que aún se cernían sobre ella. Fue clara, concisa y echó por tierra todas las declaraciones que ha hecho, a lo largo de los años, la viuda de su padre. Fue Fidel quien promovió el encuentro entre ellos, a pesar del rechazo inicial mostrado por toda la familia para con este nuevo noviazgo de la hija de Rocío Jurado. «Me dijo que si yo no llamaba a mi padre y le decía que viniera a mi casa él se iba, que yo tenía que hablar con mi padre», explicaba emocionada.
Hubo llamada y encuentro sin Fidel Albiac, que no quiso estar presente. Solo Rocío, su padre y su mujer por aquel entonces. La conversación entre ellos terminó con Pedro pidiendo perdón al novio de su hija «por lo que había sucedido en su momento», disculpándose también con ella y diciéndole lo mucho que la quería. La relación entonces mejoró, aunque aquella fue la última vez que Pedro Carrasco y su hija se vieron.
Días después, el deportista falleció de manera repentina. «No solo se fue mi padre, se fue mi niñez», recordaba Rocío en el documental llorando. «Yo era locura con mi padre», añadía. El entierro fue doblemente duro para ella. Había perdido a uno de los hombres más importantes de su vida, pero además se tuvo que enfrentar a la reacción de la gente, que llegó a abuchearla, después de que ya se hubiera comentado que Pedro se fue sin hablarse con ella.
«No quiero recordar nada de ese día. Se me fue un trozo de mí, por mucho que me peleara (…) Para mí era mucho más importante lo que yo dejaba ahí que lo que pasara fuera porque sabía que obedecía a la reacción de la gente a una imagen que se había dado», explicaba desvelando además lo mucho que le afectó que Antonio David tuviera la osadía de acudir al sepelio.
Sin piedad con Raquel Mosquera
Rocío no tuvo miramientos a la hora de hablar de Raquel Mosquera. A lo largo de estos 20 años de silencio, la viuda de su padre se ha posicionado al lado de Antonio David Flores y ha detallado cómo era la relación de padre e hija cuando este murió y además ha tachado a Rocío de interesada cuando se le ha preguntado por el reparto de la herencia. En la emisión del episodio número 6 de la docuserie Rocío se explicó, negando lo que se había contado hasta ahora.
«¿Crees que has recibido todas las cosas que a tu padre le gustaría que tuvieras de su vida?», se le preguntaba a Rocío Carrasco que, entre lágrimas respondía con un rotundo «no» y hablaba del valor sentimental que tiene para ella el famoso Rolex de oro que le pidió en su día a Raquel tras fallecer su padre. «Lo llevaba siempre con él, tenía grabada la fecha de la boda de mis padres».
La hija de Pedro Carrasco era contundente entonces en lo referente a Raquel Mosquera: «Para mí esa señora, señorita, mujer, persona…Para mí no existe», y aclaraba que tan solo cuenta para ella en lo que a los asuntos judiciales se refiere.