Rafael Amargo, de ser acusado de narcotraficante a opositar para policía
Rafael Amargo, en su momento más difícil: «A veces pienso en quitarme de en medio»
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Rafael Amargo, puesto en libertad sin fianza tras prestar declaración
Rafael Amargo quiere ser policía. Y no solo eso, sino que ya ha empezado los trámites para cumplir su deseo. El bailaor flamenco se ha matriculado en una academia con el fin de superar la oposición para entrar a formar parte de los Fuerzos y Cuerpos de Seguridad del Estado. Su decisión viene después de que reconociese -según su versión- haber sido víctima de la brutalidad policial, por lo que quiere predicar con el ejemplo y convertirse en agenda.
Por si alguien está un poco perdido en su caso, la noticia es cuando menos impactante y merece ser puesta en contexto. El granadino está en libertad profesional desde el pasado 18 de marzo y a cinco semanas de que se celebre un juicio contra él. Está acusado de ser el capo de una banda que vendría sustancias tóxicas, psicotrópicas y estupefacientes desde un domicilio ubicado en el madrileño barrio de Malasaña. Un delito que de confirmarse acarrearía una pena de nueve años de prisión, según solicita la Fiscalía.
«Me matriculé en la academia, pero todavía no he empezado a estudiar. Fue en un ataque de estos de rabia. Pero es que es precioso. Además, ¿sabes las embajadas que hay por el mundo? Es precioso, es un trabajo increíble», ha dicho en la revista Semana.
Estas son las sorprendentes palabras de Rafael Amargo, quien presentó resistencia al ser detenido en Alicante. En el momento de su arresto forcejeo y agredió al policía. Así lo recuerda él: «Todavía tengo algún bultillo en la cabeza de la paliza que me dieron y dos costillas en el lado derecho que no han quedado bien y eso cuesta muchísimo de curar (…) al defenderme, como estaba atado, lo único que me quedaba era morderle. Salí llorando, ya que no entendía por qué habían venido a por mí estando a 500 kilómetros tranquilo, en la playa y empezando de cero», reflexionó en Espejo Público.
Según el juez que instruye el caso, Amargo; su mujer, Luciana Bongianino; el productor Eduardo de los Santos y otro socio llamado Miguel Ángel B.A. deben ser juzgados por un delito contra la salud pública y otro de pertenencia a grupo criminal.
Con varios problemas con la Justicia a cuestas, el bailaor andaluz quiere dar un vuelco a su vida que ha generado algo de estupor a la opinión pública. Este giro llega unas horas después de que se mostrase absolutamente devastado en su última entrevista. Él mantiene que es inocente y que sigue sin entender lo que ocurrió durante su última detención.
Su abogado reconoció que su cliente padece problemas de salud mental derivados del consumo de metanfetamina. Unas complicaciones por las que ha estado ingresado recientemente, y ahora sigue un tratamiento de desintoxicación: «La semana pasada estuve ingresado donde tengo mi expediente de salud mental. Es muy graciosa la historia porque estoy en la Universidad de Barcelona terminando el máster. Entonces estoy como un rato de terapeuta y otro de paciente», dijo el artista.
Rafael Amargo no se escondió y llegar a tener pensamientos autolíticos: «Uno piensa muchas cosas y… yo soy un tío muy valiente pero hay momentos en los que pienso en quitarme del medio».