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El nombre de María Teresa Campos sigue copando titulares en la crónica social de nuestro país aún después de fallecer. Más aún, tras la entrevista que Edmundo Arrocet, quien fuera su pareja sentimental durante más de seis años, concedió una conocida revista hace ahora una semana: Diez Minutos. El humorista y actor argentino-chileno afincado en España, además cuestionar, nuevamente, la actitud de las hijas de la veterana presentadora, Terelu Campos y Carmen Borrego, para con su madre; habló de su intenso romance con ella, desde 2014 y hasta finales de 2019, con planes de boda incluidos, según él. «Estaba pensando, somos mayores y si yo me muero, se pierde la pensión. Si nos casamos, la pensión se queda para tí», expresó Bigote.
Unas palabras muy en consonancia a unas declaraciones que él mismo dio a otra publicación, apenas unos meses antes de su ruptura con la que fuera la matriarca del Clan Campos. «Estamos bien así, pero si Teresita quiere que nos casemos, será lo que ella diga. No creo que nadie tenga que meterse en algo así. Igual que los padres no prohibimos que los hijos se casen, estos tampoco pueden hacerlo con nosotros», dijo entonces.
Sea como fuere, lo cierto es que las afirmaciones de Bigote han sido desmentidas por los familiares y amigos más allegados de María Teresa Campos y puesto de nuevo sobre la mesa el nombre de Félix Aretxabaleta, el hombre a quien la periodista, de bien seguro, hubiera querido llevar al altar hasta que la mansión de Molino de la Hoz se interpuso entre ellos. Arquitecto de profesión, Félix y María Teresa se conocieron a la vuelta de un viaje de trabajo de la presentadora de Qué tiempo tan feliz. Teresa y una compañera de Radio Televisión Española volvían en coche de Vitoria y, a medio camino, se quedaron tiradas «en medio de la nada». Entonces, no se les ocurrió otra cosa que hacer autoestop, con la suerte de que Aretxabaleta, que iba a cumplir con un compromiso laboral en Madrid, las atendió y se quedó con ellas hasta que llegó la grúa.
María Teresa Campos quedó embelesada, y lo mismo hizo Félix con ella. Tanto, que ambos comenzaron una bonita e intensa historia de amor y estuvieron unidos por más de una década. Concretamente, catorce años. Félix se convirtió en el hombre de la vida de la natural de Tetuán, y en la de Terelu y Campos; pues llegó a ejercer como un segundo padre, según contaron ellas mismas en el documental de Lazos de sangre dedicado expresamente a la vida sentimental de Teresa. «El hombre que más ha marcado mi vida ha sido el padre de mis hijas y luego Félix porque fueron 14 años de mi vida. Los demás han sido itinerantes», dijo.
María Teresa y Félix estuvieron juntos hasta 2001, y según trascendió entonces, su ruptura se debió a la decisión de ella de construir un palacete de estilo francés en Las Rozas, en Madrid. La televisiva quería que él diseñase los planos del domicilio y el arquitecto se negó «porque le parecía una locura construir semejante edificación». Aretxabaleta falleció en 2021 a consecuencia de un ataque al corazón, y aunque la pareja ya llevaba cinco años separada, toda la familia sufrió con su pérdida.