Ni Ponce ni Villamor; Paloma Cuevas quiere estar sola
El pasado fin de semana se habló de una supuesta nueva ilusión de la empresaria
A Paloma Cuevas le ha salido un ‘novio’ de repente y ha sido entre titulares y especulaciones. Ella mira para otro lado porque no le interesa contestar, confirmar ni, en este caso, desmentir. “Es un bulo, una historia sin fundamento que se han inventado”, me aseguran al otro lado del teléfono. Fue este fin de semana, concretamente este sábado, cuando una llamada advirtió a la empresaria de que existían unas fotografías que probarían su relación con Ángel Villamor, un reputado traumatólogo, muy conocido por haber operado al rey Juan Carlos. Ella no daba crédito. Estaba segura de que eso era imposible y decidió hacer exactamente nada. Dejarlo pasar, no comentar ni desmentir. Prefiere evitar aparecer. “Es imposible que haya ninguna foto porque no hay nada”. Lanzado el rumor, Cuevas entiende que mejor es mantener la calma y el silencio.
Villamor operó hace años a Victoriano Valencia, padre de Paloma, y también a Enrique, su marido, cuando aún compartían vida en común, pero según me aseguran “no se han visto a solas en ningún momento” desde la última operación del diestro. Fue en marzo del pasado año cuando el traumatólogo intervino a Ponce en una complicada operación de rotura de ligamentos cruzados anterior y lateral interno, una grave lesión que los médicos llaman “rodilla catastrófica”. Una voltereta que sufrió en una cogida en Fallas lo ponía en manos de Villamor, su médico de confianza. Su mujer estuvo a su lado y, y por supuesto, en contacto con el traumatólogo. Sin embargo, Paloma no se ha visto con él a solas en ningún momento desde entonces, según me asegura quien bien lo sabe, a excepción de alguna vez tras el confinamiento y por la relación que hay entre los hijos.
Sin duda, la noticia de que la todavía mujer de Enrique Ponce retomara su vida sentimental y saliera con alguien sería digna de portadas y titulares, pero no parece que haya llegado ese momento. La empresaria solo quiere pasar página, centrarse en su familia -lo que más le preocupa- y nada de relaciones por ahora. “Le va a costar mucho dar ese paso. Han sido años entregada a su matrimonio y todo se le ha venido abajo. Sigue asimilando todo lo que ha ocurrido, pero firme en su decisión de divorciarse”, me aseguran sin vacilar. Según me cuentan, “ahora por lo que más ilusión tiene es por unos proyectos profesionales en los que está volcada, aparte de su familia, claro”. Cuevas quiere estar sola, por ahora. Me dicen que es una mujer económicamente independiente y no es que me lo crea sin más: me dan varios argumentos que lo prueban de los que no diré más por ahora. Me he comprometido. Su imagen cotiza al alza, sin embargo, no vive de su plano social, no cobra por sus entrevistas. Es libre de decidir cuándo y dónde aparecer.
Desde que anunciaran públicamente su separación matrimonial el pasado verano, Enrique Ponce y Paloma Cuevas han sido protagonistas de la crónica social: él, por su amor por la almeriense Ana Soria, por la que dejó atrás 24 años de matrimonio con la guapa empresaria, y ella por su decisión de iniciar los trámites de un divorcio inesperado y que sorprendió a muchos, desde un discreto segundo plano. Tras la avalancha de imágenes de la nueva pareja y numerosos guiños en los perfiles de Instagram del diestro, la única noticia que queda por confirmar es el divorcio. Los problemas económicos de Ponce han retrasado la aceptación de del convenio regulador que como paso previo al divorcio consensuaron ambos. Enrique me aseguraba hace tan solo una semana que se firmará “en breve” en cuanto se solucionen algunos “flecos”; que no le diera más vueltas. No, no soy yo quien debe hacerlo. No dudo que encontrará una solución. Alguna manera habrá de resolverlo si pretende mantener el mutuo acuerdo. Una extraña situación que se dilata y entiendo que hasta el nuevo año la separación seguirá estancada. Este aciago 2020 acabará siendo ambos aún marido y mujer, pese a todo. Ponce, con su nuevo amor, con quien ha comenzado una nueva vida en Almería. Cuevas, con la suya. En ella no están ni Ponce ni Villamor.