El motivo por el que Lola Flores no quiso operarse del cáncer de mama que padecía
Lola Flores fue diagnosticada de cáncer de mama en 1972
La artista falleció el 16 de mayo de 1995
A pesar de que han pasado casi treinta años desde que falleció una de las mujeres más queridas del mundo, aún perdura en el corazón y en la memoria de miles de personas. Lola Flores dijo adiós el 16 de mayo de 1995, un día en el que la industria musical se tiñó de luto por completo. La artista dejó huérfano a un país debido al cáncer de mama que padecía. A pesar de que se sometió a intensos tratamientos de quimioterapia y a la terapia de cobalto, -recomendada en esos años para tratar enfermedades oncológicas-, decidió no operarse.
“Mi bata de cola no me la quita nadie. Y moriré con ella. No en el escenario, por supuesto, haré lo posible para que no. Pero a lo mejor pido que en la caja me la metan”, dijo La faraona en La clave en 1984. La enfermedad le llegó a Lola Flores en 1972, cuando se encontraba en uno de los mejores momentos de su carrera como artista. Durante más de dos décadas, tuvo que someterse a duros tratamientos de quimioterapia, y a pesar de que perdió el pelo, nunca se bajó del escenario. Una de las personas que le acompañó durante todo este proceso fue su hermana Carmen, quien estuvo con ella en el momento cuando recibió esta trágica noticia. «Yo fui con ella al médico y le dijo que lo del pecho, después de doce años, le había pasado al otro pecho. El médico le dijo que, si se lo cortaba, se salvaba. Y ella dijo que no. Era tan coqueta que no quería», recordaba la hermana de La faraona en Lazos de sangre.
«Yo tenía un bulto en el pecho izquierdo que ya se me salía por los escotes y se me veía un poco. Fui al médico y me dijo: ¿Eres valiente? Y yo le dije: hombre, creo que sí. Dice: es que le voy a cortar el pecho. Hace 17 años. Yo le dije que no, que no me cortas el pecho, me cortas por la cintura, porque entonces tengo que dejar de trabajar», confesó la artista a la periodista Julia Otero en 1989. Este fue el principal motivo por los que Lola Flores decidió no someterse a esta cirugía que habría aumentado la posibilidad de que desapareciera la enfermedad. El carácter arrollador de la cantante fue algo que perduró hasta sus últimos días: «Yo me iba a dar cobalto y después trabajaba por la noche en Madrid. Me decía la gente: ¿No te mareas? Yo no me mareo. Me ponía de este lado, me ponía del otro… Me ponían el cobalto y tengo mi pecho divinamente. Comprende que tengo 11 puntos en la axila, pero muy bien. Me han caído muchas lágrimas sola, pero he tenido tanta fe», añadió a Otero.
La decisión fue muy difícil para la familia. Los peores síntomas del cáncer llegaron después de mucho tiempo, así que La faraona pudo vivir varios años con la enfermedad. Sin lugar a dudas, las más afectadas por su fallecimiento fueron sus hijas. Lolita Flores ha destacado en varias ocasiones que su perseverancia fue la clave: «Aguantó todo el tiempo que aguantó porque nunca dejó de trabajar y de ser ella». Por otro lado, Rosario ha reconocido que la fortuna tuvo mucho que ver en los últimos años de vida de su madre: «También fue un caso especial en su enfermedad, porque estuvo con ella veintitantos años y no le dio la cara hasta después de muchísimo tiempo. Lo llevaba bien, con dignidad, y a veces se quejaba. Era humana, como todos, y se quejaba», dijo en una entrevista.