Kiko Rivera e Irene Rosales, la cara y la cruz del ‘día D’
El DJ ha reaccionado a la respuesta de su madre
Es un día duro para Kiko Rivera e Irene Rosales, tras la polémica entrevista del primero que le ha llevado a ocupar la portada de la revista Lecturas, donde le declara la guerra a su madre. La pareja más buscada de la jornada no se esconde y, como si fuera un día más, ambos han salido de su domicilio a primera hora de mañana para cumplir con sus obligaciones. Son pareja, se quieren, pero cada uno ha reaccionado de una manera. Mientras Irene ha preferido guardar silencio, el DJ ha sido rotundo una vez más cuando se le ha preguntado si le queda algo más que decirle a la tonadillera. «Que yo siga hablando no depende de mí», ha dicho a las puertas de su domicilio.
Poco más de una hora después, el DJ publicaba un storie en sus redes sociales defendiendo, precisamente a su mujer, de las declaraciones hechas por su madre de las que se traduce que la intérprete de ‘Marinero de luces’ culpa a su nuera de este giro que ha dado su hijo en su vida. Kiko se hace eco del digital 20Minutos y responde tajante: «¿Sigues, no? Qué bien se te da echar las culpas a otro cuando la tienes toda tú», comienza diciendo. Y termina: «No me pienso callar absolutamente nada. Y ahora sí lo escribo. Desde este mismo momento dejas de ser importante para mí».
Ha sido la revista Diez Minutos la que se hace eco del malestar de la artista, citando fuentes cercanas a Isabel. La publicación cuenta que la guerra entre suegra y nuera también está servida y afirma que la cantante es contundente a la hora de hablar de ellos: «Mi hijo tiene su familia y por encima de su mujer y sus hijas no hay nada». Pantoja acusa a Irene de ser la responsable de que su hijo haya sobrepasado ciertos límites, haciendo referencia a la herencia de Paquirri. Todo apunta a que la colaboradora de ‘Viva la vida’ estaría cansada de los problemas económicos por los que atraviesa el matrimonio, y de ahí que su marido haya dado un paso al frente a la hora de pedir el testamento de su padre. Esto no sería más que la punta del iceberg de una serie de situaciones que habrían molestado al matrimonio y que tendría que ver con el cuidado de sus hijas y la manera que tiene Isabel Pantoja de ejercer de abuela. Y eso que la mujer de Kiko siempre ha dicho que su suegra era una segunda madre.
Kiko lo tiene claro y es consciente de lo que le ha contado a Mila Ximénez, que ya aventuraba el lunes que las declaraciones del hijo de Isabel Pantoja no iban a dejar indiferente a nadie, como así ha sido. Pero él está tranquilo. Cuenta con el apoyo incondicional de su mujer, que permanece a su lado contra viento y marea como ha demostrado en las últimas semanas. El pasado 7 de octubre la pareja celebraba su cuarto aniversario de boda, un momento en el que nada hacía presagiar todo lo que está ocurriendo.
Diez días después Kiko Rivera se sentaba en ‘Sábado Deluxe’ para defenderse de unas nuevas acusaciones de deslealtad, sucedidas durante la enfermedad de su suegra. Cansado de lo que se estaba diciendo, decidió acudir al programa que presenta Jorge Javier Vázquez, donde terminó confesando que padece una depresión. Minutos después Isabel Pantoja llamaba al programa desolada por lo que estaba escuchando, admitiendo ser desconocedora de la tristeza, pero minimizando los síntomas que había descrito su hijo. Algo que hizo que Kiko estallara, comenzando así esta guerra en el clan Pantoja que ha mostrado la brecha insalvable que ahora existe entre madre e hijo.