Isabel Pantoja, seria y afectada, vuelve al juzgado por un presunto delito de insolvencia punible
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Agustín Pantoja: citación crucial en el juicio en el que piden 3 años a su hermana Isabel
Isabel Pantoja se enfrenta a una de sus peores pesadillas. Seis años después de su entrada en prisión, la tonadillera vuelve a acudir a los tribunales. Este martes, la tonadillera se ha presenciado en el Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga para declarar en un juicio por un presunto delito de insolvencia punible que, supuestamente, se habría cometido a través de su sociedad Panriver 56 a razón de la venta de la casa de la urbanización La Pera en el año 2015. El fiscal ha solicitado hasta tres años de prisión para ella.
En torno a las 9:30 de la mañana, la cantante llegaba al tribunal. Con gafas de sol, vestida de color oscuro, con mascarilla negra y cabizbaja, Pantoja lo hacía escoltada por agentes de la Guardia Civil, que la han protegido ante la aglomeración de personas que se han concentrado en las inmediaciones del juzgado. Junto a ella, su hermano Agustín, que ha caminado por detrás de la artista, también con gafas de sol, vestido de negro y evitando pronunciarse ante los periodistas.
Un duro momento para la artista que, cuando tuvo que entrar en la cárcel a raíz de su implicación en el Caso Malaya, contaba con el apoyo incondicional de su entorno más próximo. Algo que ha cambiado en los últimos tiempos. Según ha podido confirmar este digital, la tonadillera ha afrontado esta cita judicial asustada y preocupada. No hay que olvidar que se trata de un juicio penal por el que se piden tres años de prisión, algo que a ella le genera una tremenda angustia. A esto hay que sumar que, al margen de las polémicas que ha protagonizado en los últimos tiempos con su hijo mayor, aún está sumida en el duelo por la muerte de su madre el pasado mes de septiembre y preocupada por el estado de salud de su hermano Bernardo. Doña Ana había sido siempre, junto a su hermano Agustín, el mayor de sus apoyos.
Tal como revelaba a principios de esta semana este digital, la artista tiene plena confianza en su defensa y espera que pueda demostrarse que cuando firmó los documentos que se están analizando, ella estaba ingresada en prisión y que, por tanto, no había mala fe. De hecho, fue su hermano Agustín el que se ocupó de la venta de la casa de Marbella a través de un poder notarial. Hace algún tiempo, el que fuera anterior letrado de la cantante, Juan Fernández, anunció que renunciaba a la defensa porque Agustín no le permitía hablar con ella: “Mi defensa se basaba en que ella estaba en la cárcel en el momento de la firma y que no sabía nada. Diríamos que firmó su hermano y ya que había prescrito, no pasaría nada. Pero el hermano se puso nervioso, me dijo que quería llevar a unos testigos y yo le dije que el abogado era yo y que quería hablar con Isabel pero no pude”, recalcó en una intervención en televisión.