La infanta Elena regresa a casa después de nueve meses de reforma

A tan solo dos meses de que se termine el año, la infanta Elena ha regresado a su hogar. Lo que comenzó siendo un arreglo por humedades ha terminado siendo una reforma íntegra de más de nueve meses de duración. Aunque las obras se planearon para que empezaran a finales de octubre de 2021, finalmente fueron reemplazadas hasta hoy. Ahora, la hija de doña Sofía vuelve al lugar donde tantos años ha sido feliz.

Su residencia ha sabido combinar a la perfección la intimidad con la vida en pleno centro de la capital. Se trata de una construcción de 1978 de siete alturas que tan solo cuenta con dos vecinos por planta. En concreto, el hogar de la infanta Elena está ubicado en el primer piso y cuenta con 450 metros cuadrados, divididos en cuatro cuartos de baño, cinco dormitorios, un salón, una cocina, un comedor y una zona de servicio.

La misma empresa que se encargó de la mudanza, Esteban Rivas, ha traído de vuelta los enseres de la hija de don Juan Carlos. Una pequeña furgoneta se ha encargado de descargar los muebles y la ropa guardada en cajas tanto de la infanta como de sus hijos, que también han vuelto a su hogar. Y es que, durante este tiempo, en concreto el verano de 2021, todo cambió. Su hijo Felipe, que vivía junto a unos amigos durante la pandemia, regresó a casa y Victoria Federica, que se había independizado con Jorge Bárcenas puso punto y final a su historia de amor, por lo que también regreso junto a los brazos de su madre.  Es por ello que la reforma les ha venido como anillo al dedo, un lavado de cara para comenzar una nueva etapa familiar.

Mientras las obras se han llevado a cabo, la infanta Elena tuvo que buscar una alternativa donde vivir. Y, aunque su madre le ofreció el Palacio de la Zarzuela, no le convenció del todo. Se desconoce si por la falta de privacidad o por la lejanía del centro de Madrid, pero la realidad es que la hermana de Felipe VI decidió alquilar un piso en el barrio Salamanca. Una elección de 200 metros cuadrados en la zona de Almagro, en concreto en la calle Fortuny, muy cerca de donde vivió cuando se casó con Jaime de Marichalar.

Sin embargo, no es la primera mudanza que lleva a cabo la hermana de la infanta Cristina. Nada más contraer matrimonio, estableció su residencia en París, donde trabajaba su entonces marido. De regreso a Madrid se instalaron en el barrio Salamanca y, poco antes de separarse, volvieron a mudarse a la calle Núñez de Balboa. Después de anunciar su cese temporal de convivencia, la hija de doña Sofía se decantó por un chalet en Fuente del Berro aunque, en 2008, volvió a cambiar su hogar por un piso en el barrio del Niño Jesús. Un piso valorado en 1,8 millones de euros que ha sido su refugio hasta día de hoy.