El hijo de Patricia Rato y Espartaco celebra su mayoría de edad
Un emotivo baile con su madre, rancheras al unísono con su padre y un colofón protagonizado por un castillo de fuegos artificiales, así se ha estrenado Juan Ruiz Rato en la edad adulta.
Juan Ruiz de Rato, hijo menor de Espartaco y Patricia Rato es, de todos los hermanos el que se muestra más interesado en la tradición taurina de su familia. Aunque se esta formando en un campa completamente distinto, estudia farmacia en la Universidad de Navarra, ha querido que la tauromaquia esté muy presente en la celebración de su mayoría de edad, una fiesta que tuvo lugar anoche y que además de alguna que otra verónica, también contó con mariachis y muchos amigos y familiares.
A pesar de cumplir los 18 años en noviembre, Juan ha querido esperar a febrero para celebrar esta edad tan importante y lo ha hecho en la finca Majavieja, propiedad de su padre sita en la localidad sevillana de Constantina. Allí han estado presentes sus padres y sus hermanas Alejandra e Isabella, además de multitud de amigos que han bailado al ritmo de un grupo de mariachis que han amenizado la velada.
La cita comenzaba con una elegante cena para la que se dispusieron mesas redondas donde se han acomodado los invitados para degustar los platos creados a base de productos de la tierra. Al ritmo del grupo músical Juan se arrancó con este género mexicano y acompañado de su padres, el diestro Espartaco, entonó clásicos como ‘Mátalas’, del mexicano Alejandro Fernández. El torero tuvo que compartir protagonismo con su mujer Patricia Rato, pues uno de los momentos más emotivos de la velada llegó cuando Juan sacó a bailar a su madre, momento en el que se dedicaron tiernas miradas al ritmo del tema “This is where I belong”, de Bryan Adams.
Tras esto los invitado se trasladaron al albero donde Juan demostró su afición por los toros deleitando a sus invitados sobre las arenas vestido de corto y enfrentándose con profesionalidad a uno de los animales de la ganadería de Espartaco. A lo largo de su espectáculo, el joven recibió numerosos alagos como “olé”, “vamos a rematar” o “bien”.
Más tarde hubo tiempo para divertirse y crear recuerdos que inmortalizaran la noche para siempre alrededor del ‘photocall’ que se dispuso para la ocasión. Allí los invitados sacaron a relucir su fotogenia para fotografiarse junto al homenajeado y tampoco dudaron en compartir esta bonita noche en sus redes sociales. Como guinda del pastel a esta noche mágica se cerró la noche con un espectáculo de fuegos artificiales.
Juan es un chico como cualquier otro de su edad que se ha desplazado fuera de su ciudad para cursar sus estudios. Eso sí, siempre que puede vuelve a Sevilla para disfrutar de los suyos y del campo, pasión que comparte con su padre. Cuando está en la capital andaluza aprovecha para entrenarse con la ganadería que regenta su padre, y así ha demostrado que si quisiera sería una gran promesa para la tauromaquia, siguiendo la tradición familiar.