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Viernes Deluxe

Un abrigo de pelo, una mancha de aceite y una llamada de auxilio: Fabiola Martínez recuerda cómo fue su primera cita con Bertín Osborne

Siete meses después de anunciar su separación de Bertín Osborne, Fabiola Martínez se ha sentado en ‘Viernes Deluxe’ donde hablado sobre la ruptura, su nueva vida sin el presentador, y donde también ha hecho un repaso a su vida sin querer entrar en detalles sobre algunos de los pasajes más complicados de su existencia. Fue una entrevista sincera en la que la venezolana se mostró tranquila, tajante y dio buena muestra del inmenso cariño que aún le une al que ha sido su pareja durante dos décadas.

También hubo tiempo para la emoción. Los sentimientos siguen a flor de piel, a pesar de los meses que han transcurrido. Fabiola volvió a reconocer que la responsabilidad en su ruptura es compartida, pero aún así recordó con una sonrisa cómo se conocieron y cómo fue esa primera cita entre ella, una joven latina que trabajaba como modelo, y el cantante jerezano con fama internacional de ‘playboy’.

Siete meses después de su separación, Fabiola Martínez se sentaba en ‘Viernes Deluxe’/Telecinco

La relaciones públicas era ya fan del artista, de hecho, tenía un poster gigante de él en su habitación y tuvo la oportunidad de conocer a quien, hasta ese momento era su ídolo, cuando participó en un casting para el videoclip de una de sus rancheras. Fue Bertín quien se fijó en ella primero y, aunque se lo pasaban bien juntos, Fabiola reconoció que sus expectativas con respecto a su futuro en común no pasaban, ni de lejos, por casarse y formar una familia.

«Vivía el hoy, no sabía lo que iba a pasar mañana», comenzó explicando antes de relatar cómo fue el primer beso. «Él muy galán», dijo Fabiola poniendo en situación a los colaboradores. «Me invitó a cenar a un chino y yo nerviosa porque íbamos los dos. Era la primera vez que íbamos los dos solos», continuó.

La venezolana recordó, entre risas, cómo fue su primera cita romántica con el cantante jerezano/Telecinco

Hizo hincapié entonces en la indumentaria que eligió para la ocasión, destacando un abrigo con un enorme cuello de pelo «como de caniche», aclaró riendo. Porque lo rocambolesco de su romántica velada comenzaba ahí. «Nada más verme me dijo algo así como de la protección de los animales y yo me quedé…», reconoció provocando la sonrisa de los periodistas.

Lo siguiente que ocurrió fue durante la cena. Un momento ‘de película’ que provocó que se manchara el rostro con aceite y Bertín no dudó en limpiarle con su servilleta. «Yo pensé: ‘Por favor, ¡es que no puedo hacer más cagadas!’». La noche para dos continuó y las anécdotas también. Lo siguiente que recordó la exmujer del intérprete de ‘Me enamoro de ella’ fue ‘el choque de culturas’ entre ambos, al menos en lo que se refiere a la dialéctica.

La velada romántica estuvo cargada de divertidas anécdotas/Telecinco

«Él le da mucha importancia a la palabra y en Venezuela se utiliza mucho el verbo ‘habíamos’ que está mal dicho, pero nosotros lo usamos. Me preguntó algo y entonces yo le dije: ‘Pues es que nosotros habíamos…’ y entonces ya no pudo más y me dijo: ‘Mira, esto no se dice así’ y me puso las cosa claras», contaba sin poder evitar reírse.

Llegó el momento más inesperado, cuando «en pleno ligoteo» recibió la llamada de sus compañeras de piso que habían tenido un problema con la lavadora. «Ya no me podían pasar más cosas y me llaman preguntándome dónde estaba la fregona», reconocía antes de terminar su narración con la explicación de cómo fue su primer beso.

Un gesto que tuvo lugar en el coche cuando ya abandonaban el lugar y Bertín Osborne la cogió de la mano. «Su mano era el doble de la mía y cuando la miré dije: ‘Es impresionante’ y él me respondió: ‘Sí, ¿verdad? es que la química…’». Mientras que el presentador de ‘Mi casa es la tuya’ se encontraba en plena vena romántica, Fabiola solo se estaba fijando en el tamaño de la mano de su acompañante que le preguntó si quería continuar la velada con él.

Pero la respuesta no fue la esperada. Fabiola Martínez le dijo que ‘no’ y no le dio más explicaciones. Ella solo quería regresar a su domicilio para arreglar el desaguisado que habían organizado sus compañeras de piso tras poner la lavadora. Hubo beso, «pero no hubo nada más porque yo me tenía que ir».

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