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La vida de Paul Burrell acaba de dar un inesperado giro. El que fuera mayordomo de Diana de Gales ha hecho una dura confesión ante las cámaras y esta vez no tiene nada que ver con la Familia Real. A pesar de que es, sin lugar a dudas, una de las personas que más cerca estuvo de la primera esposa del actual Rey Carlos y que mejor pudo conocer a su entorno, esta vez, sus declaraciones son mucho más personales.
El ex mayordomo ha anunciado que padece cáncer de páncreas y ha confirmado que su esperanza de vida es muy corta. Tal es la gravedad del asunto, que teme no poder llegar a final de este año. El propio Paul Burrell ha explicado que lleva varios meses sometiéndose a un tratamiento muy agresivo que le provoca importantes secuelas, mucho cansancio y que afecta directamente a sus niveles de testosterona.
El ex trabajador de la Casa Real ha contado, sin apenas poder contener la emoción, que fue a mediados del pasado año cuando empezó a sentirse mal y decidió acudir a una revisión médica, en la que detectaron que había ciertos desequilibrios en su organismo. Unos primeros análisis tras los cuales se sometió a una resonancia que confirmó la presencia de un tumor en la zona de la próstata. A pesar de que las circunstancias son complicadas, Paul Burrell prefiere mantenerse optimista y seguir luchando. «Me siento muy cansado. El tratamiento afecta directamente a mis hormonas, me baja los niveles de testosterona y la barba ya no me crece. Tengo golpes de calor y además, me siento en una montaña rusa de emociones. No sé qué va a ser de mí», ha explicado en una entrevista ante las cámaras de un conocido programa de televisión. Aún así, asegura que ha tenido mucha suerte de que se lo hayan detectado de manera precoz, ya que hay muchos hombres en una situación como la suya a los que cuando se les detecta ya es demasiado tarde.
El que fuera mayordomo de la princesa Diana ha revelado que, por fortuna, cuenta con el apoyo de su familia y de sus amigos, que están siendo de gran ayuda en todo este proceso: «Le he dicho a mis chicos que no sé si llegaré a Navidad y ellos me han dicho que tienen que pasar más tiempo conmigo», ha contado, visiblemente emocionado.
A sus 64 años, Paul Burrell tendrá que pasar por el quirófano en aproximadamente un mes para que se le extirpe la glándula prostática. El británico afronta esta intervención con relativa tranquilidad, sobre todo, porque ya no piensa en tener más hijos y porque no le preocupa que su vida sexual quede limitada. «Mis días como padre ya acabaron, no quiero más hijos, estoy bien así», ha dicho.