El desayuno que Tom Cruise nunca se salta cuando tiene que rodar escenas de riesgo
¿El secreto mejor guardado del héroe de 'Misión Imposible'? No son los efectos especiales… es su desayuno
Antes de volar sobre un avión o lanzarse en moto al vacío, el actor recurre a un ritual tan inesperado como polémico
A lo largo de cuatro décadas en la gran pantalla, Tom Cruise se ha convertido en el sinónimo de acción cinematográfica. De Top Gun a Misión Imposible, pasando por Collateral o Jack Reacher, el intérprete estadounidense ha forjado una reputación única: la del actor que prefiere rodar él mismo las escenas de acción y que está dispuesto a desafiar la gravedad y el sentido común con tal de ofrecer al espectador la historia más espectacular posible. Pero detrás de cada salto al vacío o de cada persecución hay un secreto mucho menos glamuroso y, a la vez, esencial: su desayuno.
El propio protagonista de la saga Ethan Hunt lo confesaba sin rodeos: antes de rodar escenas de alto riesgo, necesita un auténtico banquete matinal. Nada de batidos verdes ni yogures con avena. El artista habla de salchichas, casi una docena de huevos, tiras de tocino, pan tostado, café y litros de líquidos. “Imagínatelo —decía—, estamos a gran altitud, hace frío y mi cuerpo quema muchísimas calorías”. Sus palabras hacían referencia a la icónica secuencia de Misión Imposible 8, en la que se le ve suspendido sobre el ala de un biplano a más de 200 kilómetros por hora.
La imagen es poderosa: el actor de acción por excelencia, con más de 60 años, sosteniéndose con la fuerza de su cuerpo entrenado mientras la cámara registra cada segundo. Pero lo que sorprende no es solo su temeridad, sino también el combustible que elige para alimentar esas hazañas: un desayuno que, para la mayoría de los mortales, equivaldría a varias comidas.
Ahora bien, ¿es saludable esta rutina? La respuesta, como casi todo en la vida del icono del cine de aventuras, depende del contexto. Para un adulto promedio, ingerir semejante cantidad de proteínas y grasas a primera hora sería poco recomendable, un billete de ida hacia el exceso calórico. Sin embargo, en el caso del intérprete, que combina entrenamientos extremos con jornadas de rodaje maratonianas y escenas físicas que requieren un gasto energético descomunal, esa ingesta funciona casi como un depósito de gasolina de alto octanaje.
Fuera del set, el héroe de Hollywood sigue una disciplina muy distinta. Según Men’s Health, su alimentación diaria se divide en 15 pequeños snacks bajos en índice glucémico, diseñados para mantener la energía sin picos de azúcar. Nada de ultraprocesados, nada de dulces, nada de tentaciones rápidas. Solo proteínas limpias, frutas, verduras y carbohidratos complejos. Un régimen que refleja tanto la disciplina militar que aplica a su vida como la obsesión por mantener la maquinaria de su cuerpo a punto para lo que venga.
Tom Cruise, acción, disciplina y una leyenda en movimiento
Padre de tres hijos —dos adoptados junto a Nicole Kidman y una hija biológica, Suri, fruto de su matrimonio con Katie Holmes—, Cruise combina su faceta de estrella de cine con la de hombre de familia, siempre envuelto en un halo de misterio. Su estatura (1,70 m) nunca ha sido un impedimento para proyectarse como un gigante en pantalla. Tampoco su edad: a sus 63 años, sigue escalando rascacielos, pilotando helicópteros y rodando escenas que otros actores solo aceptarían con dobles de riesgo. Esa disciplina férrea le ha llevado a practicar deportes como la escalada, el paracaidismo o el motociclismo con la entrega de un atleta olímpico.
Su vida personal ha estado marcada por su relación con la Iglesia de la Cienciología, un vínculo que ha generado tanta devoción como controversia. Pero, más allá de polémicas, lo cierto es que ha logrado algo reservado a muy pocos: convertirse en un mito vivo del cine. Tres nominaciones al Óscar, éxitos mundiales como Top Gun, Jerry Maguire o la saga Misión Imposible y la fidelidad de millones de fans lo sitúan en un pedestal del que parece que nadie podrá bajarlo.