La decisión más íntima de Tamara Falcó sobre ser madre: "Necesitaba parar"
Tamara Falcó ha decidido frenar su proceso de embarazo por el desgaste emocional que le estaba generando
Aunque desea ser madre, ha afirmado que su felicidad no depende de ello
La marquesa de Griñon prioriza ahora su bienestar personal, manteniéndose abierta a lo que la vida le depare
Tamara Falcó ha dado un paso al frente para hablar con total sinceridad sobre uno de los temas más personales de su vida: la maternidad. La marquesa de Griñón, que celebrará próximamente su segundo aniversario de boda con Íñigo Onieva, ha confesado que ha decidido parar el proceso que había iniciado para quedarse embarazada. Tras meses de intentos y de haber probado diferentes métodos naturales, ha llegado a un punto en el que siente que necesita hacer una pausa. «Me encontraba saturada», ha reconocido, asegurando que la experiencia le estaba afectando emocionalmente. Mientras su marido lleva mejor la situación, ella admite que lo vivía como una presión constante, como una «espada de Damocles».
Desde su boda en el verano de 2023, Tamara había dejado claro su deseo de formar una familia. Fue entonces cuando se conoció que había acudido a una clínica especializada en fertilidad, optando por un enfoque acorde a sus valores personales y religiosos. En lugar de recurrir a técnicas de reproducción asistida como la fecundación in vitro, eligió métodos basados en el estudio natural del cuerpo femenino. En concreto, apostó por el método Fertilitas, una práctica que permite entender el ciclo ovulatorio de la mujer para detectar posibles alteraciones o problemas que puedan dificultar la concepción. Aunque el procedimiento se basa en técnicas poco invasivas y busca el equilibrio con el ritmo biológico de la mujer, también exige constancia, control y una cierta estabilidad emocional.
Tamara ha explicado en una entrevista reciente a la revista Instyle que fue una amiga quien le recomendó este método, y que al principio lo vivió con ilusión. Sin embargo, con el paso del tiempo y ante la falta de resultados, comenzó a sentirse abrumada. Su agenda profesional, los compromisos sociales y la presión mediática no facilitaron el camino. Ella misma ha contado que se le hacía complicado compaginar su ritmo de vida con un proceso tan íntimo y delicado. Además, ha señalado que la constante exposición pública a la que está sometida ha amplificado sus emociones, haciendo que las expectativas sociales sobre su maternidad la sobrepasaran en algunos momentos.
A pesar de todo, Tamara mantiene una actitud serena y abierta. No descarta volver a intentarlo más adelante, y deja la puerta abierta a que, si Dios quiere, pueda llegar a ser madre de forma natural. Sin embargo, también ha querido subrayar que su felicidad no depende de ello. «La maternidad es una bendición, y soy muy niñera, pero puedo sentirme realizada sin ser madre», ha afirmado. Una reflexión madura que demuestra que ha aprendido a priorizar su bienestar y su equilibrio emocional por encima de las presiones externas o los mandatos sociales.
Fiel a sus creencias, Tamara ha confiado en que todo llegará en el momento adecuado. Por ahora, se centra en recuperar la calma y disfrutar de su vida en pareja sin el peso constante del objetivo de concebir. En las últimas horas, su testimonio ha sido aplaudido por muchas personas que se han sentido identificadas con su situación. En tiempos en los que hablar de fertilidad sigue siendo un tema delicado, su transparencia y naturalidad aportan una mirada honesta sobre los desafíos emocionales que muchas mujeres enfrentan en ese camino.