Un 2018 de altibajos

Los contrastes de Messi: de su paternidad a la Bota de Oro y con la sombra de Hacienda en los talones

La Bota de Oro le acredita como máximo goleador de todas las grandes ligas en el pasado curso

Sus problemas con el fraude fiscal siguen levantándole dolores de cabeza

Quedó muy mal clasificado en el Balón de Oro

Messi
Leo Messi, durante un partido de esta temporada con el FC Barcelona / Gtres
  • Alberto Ardila
  • Periodista especializado en crónica social, exclusivas y televisión.
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Es imposible hablar de deporte de élite y no hacerlo de Lionel Messi, para muchos el mejor futbolista de toda la historia. Durante su prolífica carrera, el jugador del FC Barcelona ha conseguido pulverizar todos los récords habidos y por haber, ha levantado todos los títulos existentes y ha reeditado en varias ocasiones los más prestigiosos reconocimientos individuales. El último este mismo martes 18 de diciembre, cuando ha recibido su quinta Bota de Oro, que le acredita como el máximo goleador de las grandes ligas europeas durante la pasada temporada. Una distinción que no hace más que engrandecer su amplio palmarés personal y que demuestra que a sus 31 años todavía hay Messi para rato.

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Messi posa con sus trofeos justo en el momento de recibir la Bota de Oro / Gtres

No hay duda de que se trata de un broche feliz a un año inolvidable para él, pero que también ha tenido momentos amargos y que han hecho que su estado de ánimo se convierta en una montaña rusa de emociones. Si algo tiene Messi es una vida familiar plena. En marzo fue padre de su tercer hijo junto a Antonella Roccuzzo. Ciro llegó para llenar de felicidad el matrimonio y a sus dos hermanos, Mateo y Thiago. La pareja ha conseguido una estabilidad envidiable y no se descarta que amplíen la nómina de retoños ya que Messi siempre ha confesado que quiere tener una niña: «Esperamos que venga en el cuarto», le deslizó a su círculo íntimo hace unos meses.

La alegría que le supuso el nacimiento de Ciro se contrasta con las suspicacias y mala opinión pública que le ha acarreado su contencioso con Hacienda. A finales del 2017, el Tribunal Supremo ratificó la condena de 21 meses de cárcel que le impusiera en el pasado la Audiencia de Barcelona por defraudar 4,1 millones de euros al fisco durante los ejercicios 2007, 2008 y 2009. Messi no tributó en España los ingresos de 10,1 millones percibidos por los derechos de imagen del delantero durante ese periodo.

Otra decepción la tuvo hace escasas semanas, cuando Leo se quedó sin alzar el que hubiera sido su sexto Balón de Oro, el trofeo más preciado por cualquier futbolista, que consiguió alzar Luka Modric. Y no solo eso, sino que quedó como quinto clasificado, una posición que para él supuso una ofensa. Ganó la Liga y la Copa del Rey con el Barça, además de firmar un ramillete inmenso de goles, pero sus números no fueron suficientes.

Leo Messi durante el partido de Liga contra el Levante / Gtres

Quizás tuviera algo que ver el discreto papel que hizo con su Argentina natal en el pasado Mundial de Rusia. Aunque se pueda pensar lo contrario, el rosarino no es un personaje querido por la totalidad de su país y a menudo sufre fortísimas críticas por sus altibajos sobre el césped. Messi despide un año de contrastes a la espera de un 2019 que espera sea plagado de éxitos, tanto en lo personal como en lo deportivo.

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