El coche bomba de José María Aznar: "Mi mujer se enteró por la radio y creyó que había muerto"
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José María Aznar ha visitado el programa de Bertín Osborne, ‘Mi casa es la tuya’, para pasar revista por su vida personal y política. Su historia no ha sido un camino de rosas a nivel político. Tras su llegada al poder en 1996, muchos han sido los partidarios y detractores del presidente de la fundación FAES. Su ‘leitmotiv’ ha sido siempre implicarse en todo cuanto emprendía, no pasar inadvertido: «No he dejado a la gente indiferente, eso es lo importante. Lo único que he pretendido es desvivirme por mi país».
Coche bomba, Irak, 11-M y Pablo Iglesias
La parte más lúgubre de su incisiva implicación en la política de este país la conoció en forma de bomba. Quisieron arrebatarle la vida colocándole una bomba en el coche que normalmente usaba: «Había recibido la visita de Jaime Mayor Oreja en la que me avisó de que algo muy fuerte se estaba preparando en contra de alguien del PP. Noté que ambos estábamos pensando en el otro, no en nosotros mismos».
Sin ánimo de recriminar a nadie, Aznar ha apostillado en Telecinco que el Ministro de Interior negó la existencia de esa trama terrorista. «Gracias a Álvarez Cascos estoy vivo. Yo me negaba a cambiar de coche, llevaba uno de tres capas blindadas y él se empeñaba en uno de cinco. Me lo cambió sin que me diera cuenta», ha confesado agradecido. Su mujer, Ana Botella, se dio de bruces con la noticia de una manera impropia: «Estaba arreglándose en casa con la radio puesta y cuando escuchó la noticia la apagó. Se pensaba que estaba muerto y no quiso oírlo». Según el político, han sido tres los intentos posteriores por acabar con su vida.
Quién le iba a decir a ese hombre que se dejó seducir por la política en La Rioja en 1978 que iba a presenciar, una vez en el poder, tres sucesos históricos en España que marcarían un antes y un después, bien para él o para los españoles. Uno de ellos fue el secuestro y posterior asesinato de Miguel Ángel Blanco. Los que le privaron de libertad dieron 48 horas para que el Gobierno de Aznar trasladara a cárceles del País Vasco a los 600 etarras distribuidos por centros penitenciarios del territorio nacional. «Sabía que lo iban a matar, yo el chantaje no lo iba a aprobar bajo ningún concepto. Eso lo tuve claro», ha asegurado Aznar.
Por otra parte, la posición de España en la Guerra de Irak dio pábulo a muchas habladurías, pero José María no atiende a razones: «España no envió a ningún soldado a la guerra. Participamos en la fuerza de estabilización después de la intervención militar. Yo apoyé a Estados Unidos por solidaridad y porque nos convenía a España». Eso sí, apunta en la actualidad que hay ocasiones en las que la intervención es necesaria: «El mejor ejemplo es Siria. ¿Sería su situación la misma si se hubiera intervenido?».
El peor momento en la vida de Aznar fue el 11-M: «Llevaba tiempo pensando que alguien me quería fastidiar en el poder después de lo del coche bomba. Todos los partidos, excepto el PP, dijeron sin contrastar que era ETA, antes de que se confirmara. Algunos utilizaron ese atentado para ganar las elecciones y lo consiguieron».
José María Aznar estaría en política a día de hoy si así lo quisiera, ya que «todos los días me proponen que vuelva, pero siempre obtienen la misma respuesta». Cumplió estrictamente con su palabra, se fue cuando quiso irse y no contempla desdecirse. Su esperanza está en su gran apuesta, Mariano Rajoy.
Con respecto al panorama político actual, Aznar ha opinado sobre Pablo Iglesias: «El problema que tienen los políticos nuevos es su decaimiento en la formación. De este señor no me gusta nada, ni sus ideas ni cómo las expone. Quiere convertir a este país en Venezuela. Es un disparate y un insensato».
Padre periodista, afición al fútbol y casamiento con Ana Botella
José María Aznar se siente muy orgulloso de su padre, Manuel Aznar Acedo, conocido periodista de la Cadena SER en los años 50: «Gracias a él se acabó el parte y la información se empezó a dar cada hora. Por su influencia leía periódicos todos los días». Llegó un momento en que tuvo que decidir si quería contar noticias o protagonizarlas y optó por lo segundo.
Su madre, de 95 años, es una mujer de armas tomar: «Todavía mantiene ese carácter y esa coquetería de siempre. Disfruto todo el tiempo que puedo de ella». Cuando era un chaval mantenía las aficiones propias de esa etapa, como el fútbol: «De mayor quería ser Alfredo Di Stéfano. No se me daba nada mal jugar. Siempre he sido muy competitivo en todo y si apostaba era para ganar».
Su amor por Ana Botella fue un flechazo a primera vista. A los tres días de conocerse, Aznar le pidió matrimonio durante una comida romántica. Desde ese día hasta hoy, 40 años después. «Ahora no podría explicar mi vida sin ella. Tenemos tres hijos maravillosos», ha asegurado el político. En un momento dado, Bertín le ha preguntado por el famoso ‘relaxing cup of café con leche’ de Ana Botella, a lo que ha respondido con sentido del humor: «Con mi mujer tomo muchas cosas, pero esa no».
Su vida actual transcurre sin sobresaltos: «Tengo mi vida más o menos resuelta. Soy feliz en la fundación FAES, me he convertido en autónomo y ejerzo de abogado». Pasa más tiempo con sus nietos y disfruta con el culto al cuerpo: «Hago 2000 abdominales al día».