Se prevé que los duques de Sussex permanezcan en Düsseldorf hasta pasado el fin de semana. Después, la pareja regresará a California.
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El príncipe Enrique ya ha soplado las velas por su treinta y nueve cumpleaños. Y de qué forma. Aprovechando su estancia en Düsseldorf, en Alemania, con motivo de la sexta edición de los Juegos Invictus, una competición que fue fundada, precisamente, por él mismo, en homenaje a los militares veteranos o heridos en acto de servicio, y que está inspirada en los Warrior Games de los Estados Unidos; el menor de los dos hijos del actual Rey Carlos III del Reino Unido y de su primera esposa, Diana, princesa de Gales, disfrutó anoche de una divertida fiesta en la que no faltaron las cervezas y las salchichas.
Junto a Meghan Markle, y el personal de la Fundación Archewell, Enrique se desplazó hasta la cervecería Schumacher. Allí, según ha contado Thea Ungermann, la dueña del local, y el jefe de camareros, Franck Wachers, el príncipe consumió varios de los platos tradicionales de la ciudad alemana, como las salchichas estilo Frankfurt, los Schnitzel, que se preparan tradicionalmente con una rebanada fina de carne de ternera, que se ablanda previamente golpeando la carne con un mazo, o el puré de patatas. Todo ello, claro está, acompañado de cerveza. «La pareja estaba muy relajada, bebieron nuestra cerveza, Schumacher Alt, la misma que sirven en los Juegos Invictus», relata. «Fueron seis cervezas pequeñas para el príncipe y una para su esposa. Fueron adorables y dejaron una gran propina», añade, sin ahondar en detalles, eso sí, acerca de la cantidad en cuestión.
Durante la celebración tampoco faltó, por supuesto, la tarta de cumpleaños, que fue de chocolate blanco. Según el testimonio de Ungermann, el personal del bar entregó el pastel al príncipe al término de la cena, mostrándose éste, visiblemente emocionado con el detalle. «Fue un hombre, de verdad, encantador y se lo estaba pasando muy bien. Meghan era encantadora», asegura.
Sea como fuere, lo cierto es que las palabras de la dueña del bar, dejan entrever asimismo la complicidad, en todo momento, de Meghan y Enrique; zanjando así los rumores de crisis en el matrimonio. Cabe recordar en este sentido, que las especulaciones, que ninguno de los miembros del matrimonio ha confirmado o desmentido de propia voz, comenzaron a raíz de la falta de celebraciones oficiales por su quinto aniversario de boda, el pasado mes de mayo. Si bien poco antes, en un acto en Nueva York, ambos se mostraron cómplices y sonrientes, fueron muchos quienes insinuaron que algo podría estar pasando entre ellos, tras ver que la duquesa no lucía su sortija de compromiso.
Asimismo, a esto hay que sumar la ausencia de Meghan Markle en numerosos actos oficiales, como los premios WellChild Awards que, anualmente, celebran las cualidades inspiradoras «de los niños y jóvenes enfermos del Reino Unido, junto con aquellos que hacen un esfuerzo adicional para marcar una diferencia en sus vidas»; y que se celebraron hace escasos días.