Un catalán y un vasco, los fundadores de la Feria de Abril de Sevilla
La Feria de Abril de Sevilla se celebra desde 1846
Tras ella están un catalán y un vasco
Uno de los fundadores de este festejo está unido está unida a la familia de Casilda Ybarra de Fontcuberta
Las calles con casetas efímeras y engalanadas con farolillos, por las que circulan jinetes y coches de caballo, y pasan diariamente unos 500.000 visitantes durante los días que dura la Feria de Abril de Sevilla, tienen su origen en la idea que un catalán y un vasco tuvieron allá por 1846. Fueron Narciso Bonaplata -catalán- y José María de Ybarra Gutiérrez de Caviedes -vasco-, dos concejales y empresarios asentados en la capital andaluza, quienes redactaron una propuesta al Ayuntamiento de la ciudad, pidiendo la celebración de una feria. Eso sí, agrícola y ganadera. Narciso había emigrado a Sevilla para emprender negocios en el mundo textil, mientras que José María lo hizo con perspectiva agroalimentaria.
El Ayuntamiento de Sevilla, siendo alcalde Alejandro Aguado, conde de Montelirios, fijó la feria para los días 18, 19 y 20 de abril de ese mismo año. No obstante, no fue hasta el 5 de marzo de 1847 cuando un decreto de Isabel II, hija del rey Fernando VII y de su cuarta esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, autorizó la festividad con un marcado carácter mercantil ganadero y agrícola que recuperada, de algún modo, la iniciativa que había sido constituida antes por Alfonso X El Sabio en 1254, después de que su padre –Fernando III de Castilla– conquistara Sevilla. Los comerciantes llegaban al evento con su ganado y lo dejaba en distintas zonas según el año: la dehesa de Tablada, la finca de la Isabela o el prado de Santa Justa. Así, lo que ahora se califica de caseta, era entonces un establo.
La primera Feria de Abril de Sevilla se inauguró el 18 de ese mes de 1847 con 19 casetas, y supuso un éxito total de público para los testigos de la época. Tanto, que al año siguiente los comerciantes solicitaron al Ayuntamiento de Sevilla una mayor presencia policial porque «los sevillanos y sevillanas, con sus cantes y bailes, dificultaban la realización de los tratos». Después llegaron las licencías para tabernas y quioscos de aperitivos, los jinetes, y el rebujito y los trajes de flamenca por doquier. En 1858, la Feria ya contaba con 119 casetas desde la calle San Fernando hasta la Enramadilla, y desde la puerta de San Fernando hasta la puerta de la Carne; y destinaba más espacio a la fiesta que al mercado. Lo que hizo, que el Ayuntamiento aumentara su duración a cuatro días en 1913, y a seis treinta y nueve años más tarde.
En la actualidad, la Feria de Abril de Sevilla cuenta con 450.000 metros cuadrados y 1.052 casetas y comienza la noche del ‘alumbrao’, momento inaugural en el que se encienden las luces del reciento ferial. También esa noche se degusta el tradicional ‘pescaíto frito’ en las casetas. Tras una semana de fiesta constante, la Feria concluye con un gran espectáculo de fuegos artificiales junto al río Guadalquivir.
El vínculo de José María de Ybarra con Casilda Ybarra de Fontcuberta
Tras la historia de la Feria de Abril de Sevilla hay un vínculo desconocido para muchos: el empresario bilbaíno, ya fallecido, José María de Ybarra, uno de los fundadores del festejo, está unido a la familia de Casilda Ybarra de Fontcuberta, quien está a punto de celebrar su segundo año de casada con Miguel Báez Spínola El Litri. La mujer del ex torero, que se dedica a la gestión cultural, era tataranieta del empresario José María quien, a su vez, era hijo de un importante José Antonio Ybarra de los Santos. Nacido en Bilbao en 1816, Ybarra estudió derecho a caballo entre Vitoria y Madrid, lo que le permitió ser pasante en el bufete de Juan Bravo Murillo y acceder a círculos favorables a la reina regente María Cristina, que entonces se encontraba exiliada.
El tatarabuelo de Casilda Ybarra de Fontcuberta llegó a Sevilla en 1842, donde conoció a Dolores González Álvarez, hija de un socio de su padre, con la que se casaría y tendría cinco hijos. En la capitla andaluza, desarrolló negocios agrícolas, de transporte marítimo y mineros. Además, fue nombrado segundo teniente de alcalde del Ayuntamiento de Sevilla y, posteriormente, corregidor Interino -vicealcalde-.