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Mucho se ha hablado de Ana Obregón en los últimos días y no es para menos. La impactante noticia de su nueva maternidad a los 68 años ha sido una de las más llamativas en lo que va de año, quizá por el estupor generalizado que se ha vivido en la sociedad. Opiniones al margen, la bióloga ha recuperado esa primera plana mediática que durante tantos años ha ostentado con brillo y que sólo el fallecimiento de su hijo y padres había logrado apagar.
A los cauces de la noticia principal han ido apareciendo nuevos hilos de debate. Que si la gestación subrogada, que si las filtraciones, la nanny… hasta que se ha recuperado un asunto que es recurrente y, a menudo, suele interesar mucho: el dinero de Ana Obregón. En este caso, la cantidad que ha depositado para poder tener a la pequeña Ana. En dicho sentido, el precio de la subrogación en Estados Unidos varía de 110.000 a 170.000 dólares. En este presupuesto se incluye honorarios de agencia, compensación y gastos sustitutos, honorarios legales y costos médicos en una clínica de fertilidad.
Más allá de su maternidad también es curioso conocer cómo Ana Obregón ha llegado a amasar una gran fortuna. Dicen que de casta le viene al galgo y en su caso no puede ser más cierta esta frase. El progenitor de la actriz, Antonio García, fue uno de los empresarios inmobiliarios más potentes del Madrid de los 40 y 50. Era la posguerra, una época tremendamente difícil para el país y mucho más para ver prosperar un negocio. Sin embargo, él logró convertirse en referencia del sector.
El padre de Ana no lo tuvo fácil y trabajó duro desde los 13 años para hacerse con un imperio potente: «Fui el número uno de delineantes. Después ingresé en aparejadores y me hice aparejador y arquitecto técnico. Tuve también el número uno en la carrera: todo esto trabajando al mismo tiempo», reflexionaba en una entrevista con ABC.
No todo el mundo recuerda que Antonio García compró el 95% de acciones de La Moraleja (zona de bien del norte de Madrid) a cambio de algo más de 4 millones de euros. Una cantidad alta -en pesetas- para ser mitad del siglo XX pero que justificó con el paso del tiempo y lo bien que le fue. Aquello se tradujo en lo que coloquialmente se conoce como un ‘pelotazo’.
«En 1969, mi amigo, el conde de los Gaitanes, que en paz esté, me concedió una opción de compra de las acciones (95%) de Niesa, propietaria de los terrenos de lo que hoy es La Moraleja. Opción que, por su elevado coste, opté por asumir en nombre de la sociedad Prosa con la compañía belga Tractebel y la española Vías y Construcciones. La operación rondó los 700 millones de pesetas (unos 4,2 millones de euros). Teníamos muy claro que era la ubicación perfecta porque el desarrollo de la capital miraría al norte», reflexionaba el padre de Ana Obregón.
Como todo lo que sube baja, el próspero negocio pronto se vino abajo, pero durante décadas permitió a su impulsor y a sus cinco hijos ( Ana, Celia, Amalia, Javier y Juan Antonio) estar involucrados de una u otra manera en en él, sacando importantes réditos.
La fortuna de Ana Obregón
El currículo de Ana Obregón ha sido de lo más extenso. Actriz, productora, presentadora, guionista, bióloga, reclamo de marcas comerciales… una mujer todoterreno que durante muchos años ha presumido de músculo financiero. Según varios portales especializados, Ana Obregón ha conseguido sumar en su cuenta la astronómica cifra de 13 millones de euros. No obstante, hay quien asegura que dispone de más de 20 millones.