Así es la basílica de Santa María la Mayor de Roma donde el Papa Francisco eligió ser enterrado

• María Ruiz
• Portadista. Especialista en 'breaking news' y noticias de nacional, sociedad e internacional.
• • 23/04/2025 14:51
  • Actualizado: 23/04/2025 14:52

El Papa Francisco reveló en 2023 que no será enterrado en las Grutas Vaticanas como el resto de pontífices, sino en la basílica de Santa María la Mayor, en Roma, donde ya se ha preparado la capilla. Explicó a la periodista mexicana Valentina Alazraki, de Nmas que se lo ha «prometido a la Virgen» y que «ya está preparado el lugar en Santa María Mayor», la basílica papal a la que acude frecuentemente para rezar y también antes y después de cada viaje ante el icono de la virgen Salus Populi Romani, patrona de Roma. «Porque es mi gran devoción. Antes, cuando venía a Roma, siempre iba ahí el domingo en la mañana, me iba un rato allí. Sí hay una ligazón muy grande», reveló entonces el Papa.

En cualquier caso, esta iglesia no es ajena a los papados ni a los Papas, ya que después de que el papado de Aviñón acabase formalmente y los papas regresaran a Roma, la basílica de Santa María la Mayor se convirtió en residencia temporal de los papas debido al estado de deterioro en que se encontraba el Palacio de Letrán. La residencia papal se trasladó posteriormente al palacio del Vaticano en lo que actualmente es la Ciudad del Vaticano.

Además, Francisco no será el primer papa que será enterrado allí, ya que en la basílica están sepultados varios más, entre ellos Clemente VIII, Paulo V y san Pío V. Esta basílica es una de las iglesias que se deben visitar en el peregrinaje de las siete iglesias de Roma para alcanzar la indulgencia plenaria en Año Santo.

Cómo es esta basílica que acogerá al Papa 266 del catolicismo, la iglesia más grande e importante de las dedicadas en Roma al culto mariano.

La Basílica de Santa María la Mayor, ubicada en la colina del Esquilino en Roma, es una de las cuatro basílicas papales y un testimonio vivo de la historia cristiana. Construida en el siglo IV bajo el papa Liberio, su origen está ligado a la leyenda de una nevada milagrosa que marcó su emplazamiento. Su fachada, diseñada por Ferdinando Fuga en el siglo XVIII, fusiona el estilo barroco con elementos románicos, flanqueada por dos cúpulas y un elegante pórtico. El campanario, el más alto de Roma con 75 metros, data del siglo XIV y domina el paisaje urbano.

En el interior, la basílica donde será enterrado el Papa deslumbra con su nave central, bordeada por 40 columnas de mármol que conducen a un ábside adornado con mosaicos del siglo V, cuyos colores vibrantes narran escenas de la Virgen María y la vida de Cristo. El techo, una obra maestra renacentista, está recubierto de oro traído de América por orden de los Reyes Católicos. Su capilla Sixtina, con su esplendor barroco, y la cripta que alberga fragmentos del pesebre de Belén refuerzan su carácter sagrado. La atmósfera, impregnada de historia y espiritualidad, invita a la reflexión, mientras la luz que se filtra por los ventanales ilumina este santuario eterno.

La capilla del Papa Francisco

El Papa Francisco será enterrado en una capilla ubicada en la nave izquierda de la Basílica de Santa María la Mayor, en Roma. Este lugar, originalmente un pequeño espacio cerca de la capilla que alberga el icono de la Virgen Salus Populi Romani, era utilizado como almacén de candelabros hasta que se acondicionó discretamente para su futuro sepulcro. Francisco eligió este sitio por su profunda devoción a dicha imagen mariana, a la que ha visitado más de 115 veces durante su pontificado.

La capilla se encuentra entre dos confesionarios, un rincón sencillo que refleja su deseo de un entierro humilde, alejado de la grandiosidad de las Grutas Vaticanas. Aunque no lleva un nombre específico destacado en la tradición oficial, su proximidad a la Salus Populi Romani la vincula simbólicamente a esta advocación tan querida por el pontífice. Los trabajos para preparar el lugar se realizaron en el verano de 2023, según confirmó él mismo.

En su reciente libro El Sucesor, cuenta: «Justo después de la escultura de la Reina de la Paz, hay un pequeño hueco, una puerta que conduce a una habitación donde se guardaban los candelabros. Lo vi y pensé: ‘Este es el lugar’. Y ahí es donde se preparó el lugar del entierro. Me han dicho que está listo».