Votantes del PSOE ante el acercamiento al BNG: «Prefiero al PP que estar sometidos al nacionalismo»

El PSOE se resigna a ser el tercer partido en Galicia, por detrás del PP y el BNG. Nadie en las filas socialistas, a menos de 72 horas para los comicios autonómicos, cree que su candidato José Ramón Gómez Besteiro tiene cualquier otra posibilidad que la de colgarse la medalla de bronce. En buena manera, este pesimismo que se ha instalado en las filas del PSdeG, con todos los sondeos dejándoles por debajo de su mínimo histórico, se traduce también por la cantidad de votantes que se niegan a dar su voto a Besteiro «visto que será una marioneta de Ana Pontón». Manuel, un recién jubilado de Stellantis en Vigo, que «toda mi vida he votado al PSOE», relataba este jueves a OKDIARIO que «prefiero al PP que estar sometidos al nacionalismo».

Las gallegas son las primeras elecciones en las que el Partido Socialista se enfrenta a una realidad que, hasta ahora, los principales dirigentes empezando por Pedro Sánchez habían negado hasta la saciedad. Pero con una diferencia considerable a todo lo que hemos visto a día de hoy -con la excepción de la moción de censura del ayuntamiento de Pamplona-. Que, en este caso, sería el PSOE quien se convertiría en el socio minoritario a merced de todo lo que deseen los nacionalistas.

Tal como evidenciaron Besteiro y Pontón en el último debate electoral en RTVE, este miércoles, el candidato socialista y la del BNG «forman parte del mismo bloque, parecía que lo tuvieran ya pactado» dice Jacobo, un amigo de Manuel con el que toma un café en la terraza de un bar de Vigo pese a la lluvia que este jueves ha caído en la ciudad que dirige con una mayoría absolutísima Abel Caballero. El último socialista con poder en Galicia.

Jacobo, a diferencia de Manuel, siempre ha sido votante del PP: «Desde la época de Manuel Fraga y hasta Alberto Núñez Feijóo». Este domingo, asegura, «toca votar a Alfonso Rueda». Vecino de Castrelos, una localidad cercana a Vigo, Jacobo cree que los populares mantendrán la mayoría absoluta. Aunque reconoce que «no va a ser tan fácil como en otras ocasiones, pero la alternativa es la barbarie».

En este diagnóstico coincide su compañero que, con el café en la mano, bromea que «así me ha convencido de ir a votar y hacerlo por el PP». Pues Manuel, tras ver «a mi partido entregado también al nacionalismo gallego», tenía pensado «no ir a votar por primera vez en mi vida». Dejando que su voto llenase la bolsa de la abstención.

El caso de este votante que «prestaré mi voto para evitar que Galicia siga los pasos de Cataluña o el País Vasco» no es único. Aunque el BNG de Pontón crecerá a costa del PSOE y En Marea, la marca que hace cuatro años aglutinó a Podemos y lo que ahora es Sumar, en dos candidaturas diferenciadas el próximo domingo, la desaprobación de una parte importante del electorado socialista al acercamiento del PSOE a separatistas y nacionalistas beneficiará también al PP de Rueda.

«Hay que ayudar al BNG»

Bajo esa creencia de que todo lo que podían hacer ya lo han hecho, en el PSOE aspiran ahora a echar al Partido Popular de la Xunta de Galicia. Es su máxima obsesión. De ahí que, tal como relatan algunos cuadros del partido en esta comunidad autónoma, «en estas últimas horas de campaña hemos recibido órdenes de Madrid de que hay que ayudar al BNG». En provincias como Lugo o La Coruña, la división del voto entre los dos partidos que aspiran a formar una coalición de izquierdas puede beneficiar al PP. De ahí que, según explican, «se nos ha pedido que no hagamos muchos esfuerzos».

Con la campaña de Galicia jugándose en clave nacional, consciente Sánchez de que la pérdida de la mayoría absoluta por parte de Rueda dejaría muy debilitado el liderazgo interno de Núñez Feijóo, en Moncloa será motivo de celebración que los populares no puedan seguir cuatro años más al frente del Ejecutivo autonómico. Aunque el PSOE logre su peor resultado histórico e implique la formación de un gobierno de coalición con el BNG, cuya experiencia anterior acabó con ataques de deslealtad continuos entre los que entonces formaban parte de la dirección de la Xunta.