Sánchez gasta casi 40.000 € en las obras del panteón de El Pardo donde quiere enterrar a Franco

El Gobierno de Pedro Sánchez ha gastado 39.811,79 euros en las obras de la cripta del cementerio de El Pardo, donde quiere inhumar al dictador Francisco Franco.

Así consta en una respuesta a través del Portal de Transparencia, a la que ha tenido acceso OKDIARIO. En la solicitud se requería el «coste de los trabajos realizados en el cementerio de El Pardo para adecuar la cripta para la inhumación del dictador Franco, de acuerdo a las informaciones publicadas».

El pasado mayo, este periódico reveló el inicio de los trabajos en la cripta donde el Gobierno ha previsto enterrar a Franco, en el cementerio municipal de El Pardo, en Madrid. En los trabajos participaron varios operarios, contratados por la Administración central, ya que el Estado es titular del panteón desde el pasado 11 de mayo, cuando el Ejecutivo emitió el decreto que desvinculaba la concesión de su hasta entonces titular, Patrimonio Nacional.

«El coste total de las Obras de Adecuación de Panteón Patrimonial sito en el Cementerio de El Pardo, ha ascendido a la cantidad de 39.811,79 € (IVA incluido)», resuelve el Ejecutivo, en una resolución firmada por el Director General del Patrimonio del Estado, Juan Tejedor Carnero.

Reveses judiciales

A comienzos de este mes, OKDIARIO ya publicó que el Gobierno seguía adelante con sus planes para exhumar al dictador y que había contratado incluso a una empresa para que se ocupe de los trabajos. El coste, según una respuesta del Ministerio de Presidencia, asciende a 11.709,17 euros, relativo a «un contrato con una empresa que se encargará de las labores de exhumación y traslado de los restos mortales».

El Gobierno se ha visto obligado en varias ocasiones a desistir de sus planes para la exhumación por los reveses judiciales.

Sánchez fijó por primera vez su intención de sacar a Franco del Valle de los Caídos en el pasado verano. En su último intento, el Ejecutivo llegó a establecer por decreto una fecha para esa exhumación, el pasado 10 de junio. Sin embargo, cinco días antes de esa fecha, el Tribunal Supremo determinó la suspensión cautelar de la exhumación, accediendo así a la medida solicitada por la familia. En consideración del alto tribunal, no acceder a esa petición, en tanto no exista sentencia firme sobre el fondo del asunto, sería «extraordinariamente perjudicial no solo para los recurrentes, sino también para el interés público por las singulares y únicas circunstancias que concurren en este caso».

El procedimiento es aún más complejo de lo que parece. Al margen de lo que determine el Supremo, la exhumación, como publicó OKDIARIO, precisa aún de la licencia urbanística -expedida por el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial- que fue paralizada por un juez de Madrid. El intento de la Abogacía del Estado de recusar a este magistrado cayó en saco roto hace unos días, de forma que el Gobierno tendría que obtener una nueva licencia y ahora el Consistorio está gobernado por el PP.

El lugar de enterramiento de Franco ha sido motivo de enfrentamiento entre el Gobierno y la familia del dictador, cuya elección es la catedral de La Almudena. El Ejecutivo llegó a firmar, en un informe de la delegación del Gobierno en Madrid, que dicho emplazamiento suponía riesgos por motivos de orden público, de riesgo de amenazas terroristas, de colapso de la zona en fechas señaladas o de enfrentamiento entre partidarios y detractores dentro de la cripta, donde la policía no puede entrar por ser un lugar sagrado. Por ello, determinó por decreto que el lugar de la inhumación sería El Pardo.

A principios de este mes, el Supremo escuchó a varios peritos de los Franco, que defendieron que la cripta de esta catedral madrileña es un lugar más seguro que el cementerio municipal. Según la familia, la catedral es uno de los «entornos más seguros y vigilados» de España y el riesgo es «despreciable», mientras que en El Pardo «no hay casi medidas de seguridad, no existe más que una vía de único sentido para llegar hasta allí. Hay riesgo de colapso y para la seguridad del cadáver, riesgo de profanación».