Los ‘pedristas’ aúpan a Borrell como candidato en las futuras primarias

• Luz Sela
• Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.
• • 22/10/2016 02:41
  • Actualizado: 02/11/2016 12:51

En vísperas del Comité Federal del PSOE en el que se ratificará la abstención, el sector ‘pedrista’ trabaja ya en una alternativa que cubra el vacío dejado por el depuesto secretario general. 

En esas quinielas, el nombre que sobresale es el de Josep Borrell. Tras años de perfil discreto, el exministro, que ya en su día ganó las primarias a Almunia, ha recuperado en las últimas semanas un protagonismo perdido. De hecho, Borrell ha sido una de las caras más visibles de la campaña de recogida de firmas impulsada por los afines a Sánchez para forzar la convocatoria de unas primarias inmediatas y un congreso.

La intención de los sectores díscolos con la actual gestora era impulsar al también expresidente del Parlamento Europeo como candidato alternativo en caso de que desde el PSOE se decidiese dar un “golpe de efecto” y, en lugar de facilitar la investidura de Rajoy, intentase formar un gobierno alternativo. Descartada esa vía y con la abstención al líder del PP prácticamente ultimada, la opción es reforzar esa eventual candidatura de cara a unas primarias, aún sin fecha.

El apoyo a quien fuera ministro de Obras Públicas con González ha empezado a consolidarse entre la militancia afín a Sánchez. Entre sectores ‘pedristas’ de los distintos cuadros territoriales,  se ve al exministro “con ánimo”, aunque se admite también que apenas se ha tanteado aún con él esta posibilidad.  La figura de Borrell genera apegos, por verle capaz de reconciliar a la dirección con la militancia. 

La postura defendida por Borrell es que el congreso en el que se habrá de elegir al nuevo secretario general tendría que celebrarse cuanto antes. Partidario de que el PSOE hubiese explorado una vía alternativa de Gobierno,  considera también que el partido debe abrir un debate en el que defina su rumbo y redefina su estrategia de futuro.

En su día defendió la abstención

El nombre de Borrell empieza a eclipsar al de Sánchez entre aquellos que reclamaban su regreso. El exsecretario general permanece desaparecido de la escena pública desde su dimisión, el pasado 1 de octubre. Con vacaciones por EEUU de por medio,  no ha acudido a los últimos plenos en el Congreso ni tampoco a las reuniones del grupo parlamentario socialista. Algunas voces consideran que tampoco aparecerá por el Comité Federal de este domingo.

Aunque desde el sector pedrista se había asegurado que Sánchez estaba dispuesto a liderar de nuevo una candidatura, todo dependerá, afirman también, del tiempo que transcurra hasta que se convoquen las primarias. El apego de la militancia es lo suficientemente volátil como para que de aquí a unos meses quienes ahora le apoyan se hayan olvidado ya del líder depuesto. Entre los díscolos se desconfía también de que, en este momento, el diputado sea la persona más oportuna para volver a encabezar un partido que necesitará resarcirse de sus heridas una vez superado el trance de la investidura.

Frente a quienes le apoyan, el nombre de Borrell ha provocado también la reacción de una parte de la militancia que recuerda que el socialista defendió hace apenas tres meses la abstención a Rajoy. Por entonces, Borrell consideraba que «corresponde al PP de Rajoy buscar quien complemente su minoría mayoritaria, ya que el bloque de centroderecha suma 169, y el de izquierda, suponiendo que quisieran sumar, 156”.

Borrell sostenía que “hay dos maneras de abstención para el PSOE: una, sin contrapartidas ni condiciones, instrumentada técnicamente mediante la oportuna enfermedad de unos cuantos diputados”, y la otra, a cambio de unas condiciones. “Poniendo el precio de un conjunto de medidas de tipo económico, social e institucional que el Gobierno minoritario se comprometa a impulsar”.

Quienes le conocen señalan que el motivo principal es porque “se sintió desamparado cuando le sucedió lo de Abengoa». El socialista era miembro de la comisión de auditoría y también participaba en la vigilancia de “los criterios contables” de Abengoa que llevaron a la empresa a declarar en junio de 2015 que disponía de 3.100 millones en caja cuando todo eran deudas.