El estrés de los afectados por el volcán de La Palma puede desencadenar alucinaciones auditivas y visuales

El volcán de La Palma lleva ya más de 10 días en erupción. Los habitantes de la isla canaria llevan más de una semana viviendo en primera línea la impresionante, y a la vez devastadora, acción del volcán Cumbre Vieja. Las pérdidas materiales son enormes: cientos de personas han perdido sus viviendas y han podido escapar de la destrucción con lo que cabía en un coche, en el mejor de los casos. Pero la erupción en La Palma tiene más consecuencias además de las económicas: el estrés continuado puede generar alucinaciones visuales y auditivas a los afectados. Así lo han trasladado diversos psicólogos.

Los psicólogos advierten sobre la incertidumbre que genera el no saber qué pasará, ya que los volcanes son uno de esos fenómenos naturales difíciles de predecir su comportamiento, algo que se ha visto palpable con las dudas sobre si la lava llegaría finalmente al mar o cuándo lo haría. Así, esta incertidumbre se suma a la sensación de tristeza y desolación que experimentan aquellos que lo han perdido todo bajo la lava. La sensación de pérdida de control que experimentan muchos de los habitantes de La Palma genera una situación de estrés tan continuada que muchos de ellos han empezado a desarrollar alucinaciones tanto auditivas como visuales.

Los psicólogos admiten que ante estos episodios poco pueden hacer más allá de abrazar a los afectados y ayudarles a recuperar la sensación de control. La erupción de La Palma ha dividido la isla en dos, orográficamente y anímicamente. Hay núcleos urbanos de 25 personas que experimentan un fuerte sentimiento de desarraigo al ver cómo sus localidades han desaparecido por completo bajo los ríos de lava y al darse cuenta que nunca podrán volver a sus casas.

Aunque la lava ya haya llegado al mar, los especialistas avisan de que la emisión de material magmático del volcán de La Palma no ha finalizado. No se sabe cuándo terminará, podría durar días, semanas u horas.