Se acabó el ‘postureo’: Sánchez deja el coche ecológico y recupera el A8 de gasolina para ir al Congreso

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno en funciones, ha llegado al Congreso de los Diputados en un Audi A8L Security de gasolina y contaminante, después de que este lunes apareciese en la Cumbre del Clima en Madrid con un Audi E-tron, el primer modelo completamente eléctrico de la marca germana.

Así ha llegado Sánchez este martes a la Cámara Baja con motivo de la Constitución de las Cortes Generales de la XIV Legislatura. El también secretario general del PSOE ha optado por dejar de lado su ‘postureo’ ecologista que quiso mostrar este martes ante el mundo en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2019. El Audi A8L Security, que tiene asignado el presidente del Gobierno en funciones para su día a día, alcanza casi los 500 CV y contamina hasta cinco veces más que un turismo normal.

Este coche está valorado en casi 500.000 euros debido a que lleva encima más de 600 kilos de blindaje para convertirlo en un búnker móvil, capaz de resistir hasta una explosión de TNT a dos metros de distancia. Por su parte, el Audi E-tron llega a los 408 CV. Para la Cumbre del Clima en Madrid, a los dirigentes que acudan a este evento se les ofrecerá medio centenar de vehículos de emisiones cero sin coste alguno y en régimen de patrocinio.

Constitución de las Cortes

Este martes se constituyen las Cortes Generales de la XIV Legislatura. Pedro Sánchez asiste al Congreso por su condición de diputado para jurar el cargo, como el resto de parlamentarios. En esta jornada también se vota la composición de la Mesa del Congreso, a la que el PSOE ha propuesto como presidenta a Meritxell Batet, como ha hizo en la anterior legislatura.

También se constituye la Mesa del Senado, en la que los socialistas han propuesto como presidenta a Pilar Llop, la que fuese la delegada del Gobierno para la Violencia de Género hasta el pasado mes de abril. Llop acusó hace unos meses a los hombres de ejercer la violencia sobre las mujeres al afirmar que «una democracia en la que la mitad de la población vierte violencia sobre la otra mitad no es democracia».