El 75% de las medidas feministas por el Covid de las que presume Colau en un informe no hablan de la mujer

El Ayuntamiento de Barcelona, gobernado por Ada Colau, ha publicado un nuevo informe sobre los efectos de la crisis del coronavirus bajo «la perspectiva de género». Recoge las medidas que el consistorio ha aplicado para paliar los efectos de la desigualdad, pero sólo un 25% tienen algo que ver con la mujer.

El Ayuntamiento barcelonés sostiene que la llegada de la pandemia a España ha supuesto un mayor perjuicio a las mujeres que a los hombres. «El impacto de esta crisis a medio y largo plazo dependerá de cómo se incorpore la perspectiva feminista a las respuestas que se dan», relata en su introducción el informe municipal.

Por ello, el consistorio ha decidido realizar un análisis en el que se recogen las medidas que se han tomado para evitar que el coronavirus se convierta en un problema mayor para ellas que para ellos. El equipo de Gobierno de Colau considera necesaria la aplicación de políticas feministas concretas en cada ámbito de la vida y, por ello, elaboran frecuentemente este tipo de análisis en los que se detallan las razones por las que la mujer debe ser consideraba como un colectivo vulnerable. Es precisamente esto lo que resaltan en distintos apartados donde afirman que la mujer sufre una mayor precariedad económica o, por ejemplo, que dispone en menos casos de la posibilidad del vehículo privado (aspecto que ya aseguró en un informe anterior). Todos estos aspectos convierten a la mujer, según el Ayuntamiento, en una parte de la población más vulnerable a la pandemia.

En uno de los apartados del documento, el Consistorio presume de la batería de iniciativas que han llevado a cabo en este sentido. Sin embargo, un rápido repaso por sus líneas basta para recaer en que la mayoría de las medidas poco o nada tienen que ver con la mujer. Concretamente, de las 36 medidas que la Dirección de Servicios de Género y Políticas ha destacado, únicamente ocho mencionan al género femenino o están relacionadas con él de algún modo.

El otro 75% son una batería de modificaciones que pueden aplicarse a toda la población barcelonesa. Un ejemplo de ello es la «apertura automática de las puertas en los transportes públicos para no tener que hacerlo manualmente». En este sentido, el Consistorio se ampara en que las mujeres hacen un mayor uso del transporte público y, por ello, se trata de una medida donde se ha aplicado la «perspectiva de género».

Otras de las medidas que el Ayuntamiento ha incluido en su informe son la campaña de comunicación y sensibilización sobre la especial incidencia y las dificultades añadidas del confinamiento para las personas que tienen trastornos de salud mental, la distribución de dispositivos electrónicos para los niños más vulnerables o las intervenciones en el espacio público para aumentar el espacio entre viandantes. Políticas en las que ni siquiera se menciona al género femenino.

Estas iniciativas, aplicadas por otro lado en múltiples ayuntamientos, son difícilmente vinculadas con el apoyo a la mujer, sino que se tratan de medidas generalizadas para beneficiar a todos los ciudadanos.

En menor porcentaje, el Gobierno municipal ha incluido medidas que sí tienen que ver directamente con la mujer. Algunos de los ejemplos más claros es el refuerzo del apoyo jurídico a mujeres maltratadas o la campaña de apoyo a aquellas mujeres que sufren este tipo de violencia machista.

Sin embargo el Consistorio ha considerado oportuno publicar un documento de catorce páginas para analizar bajo la «perspectiva de género las políticas feministas» en la lucha contra la crisis del Covid.

«Retos de futuro»

Dentro del documento, el Ayuntamiento ha incluido también una serie de «retos de futuro» para intentar evitar «la precarización» de la mujer. Una suerte de reivindicación mediante la cual el Consistorio pretende justificar los múltiples fondos que se dedican en este sentido.

De esta manera piden el impulso de distintas políticas enfocadas a promover la «ocupación del género femenino y la autonomía económica de las mujeres» para evitar que ellas sean más perjudicadas económicamente en este tipo de situaciones.

Además, hacen especial incidencia en la reorganización de las tareas de cuidados para que éstas no recaigan en el género femenino. Por ello, piden que «las organizaciones feministas y de mujeres de la ciudad», trabajen conjuntamente para «analizar los efectos de la crisis del Covid y formular propuestas para la incorporación», en mayor grado, «de la perspectiva de género en las políticas de recuperación del Ayuntamiento de Barcelona».

Perspectiva de género

No es la primera vez que el equipo de Colau elabora un informe en el que analiza bajo la perspectiva de género ciertos aspectos de la ciudad.

El pasado mes de septiembre, el departamento de Transversalidad de Género del Consistorio analizó una ordenanza municipal sobre las restricciones de tráfico para concluir que dichas medidas suponían una mejora para la igualdad de la mujer puesto que ellas son más pobres y tienen menos coches que los hombres.

Según dicho análisis, existen grandes «diferencias de hábitos y necesidades entre los hombres y mujeres» por lo que «existen diversas diferencias destacables entre los barceloneses y las barcelonesas a la hora de moverse por la ciudad». Asimismo recalcaba que «los motivos de desplazamiento varían sensiblemente entre hombres y mujeres a causa de los roles de género». Es decir, afirman que las mujeres cogen su vehículo para realizar tareas domésticas mientras que los hombres lo hacen por otros motivos de manera más habitual.

De esta manera, siempre según el informe, «el impacto de género – que causaría la medida- es ligeramente positivo» sobre la igualdad ya que «los hombres usan más el vehículo privado que las mujeres» y éstas son más proclives al uso del transporte público. Además, aseguraba en sus páginas que la mujer no usa el coche porque no dispone de vehículo privado o de carnet de conducir en mayor medida que el varón.