SUPERCOPA DE EUROPA: REAL MADRID-ATALANTA

Vinicius sigue siendo el mejor

Vinicius Junior fue el mejor jugador del Real Madrid en la victoria de los blancos ante la Atalanta para ganar la Supercopa de Europa

Mbappé demostró su potencial en su primer partido de blanco

La primera de Mbappé

Sí, el Real Madrid tiene en su plantilla a los tres mejores jugadores del mundo. Mbappé, Bellingham y Vinicius. Que cada uno lo ordene como guste, aunque el fútbol dice que el mejor en estos momentos es el brasileño. No hay otro futbolista en el planeta tan desequilibrante como él sobre un terreno de juego.

En la final de la Supercopa de Europa fue el mejor del un Real Madrid que en la primera parte estuvo perdido. Lo hizo todo y casi todo bien. Hasta bajó a buscar la pelota a su campo para subirla al área rival como si le hubiese poseído el espíritu de Kroos. En la segunda parte, dio el pase de gol a Valverde en el primer gol del Real Madrid, participó en el segundo y dejó una serie de recursos que le colocan en la cima del fútbol mundial.

Nadie sabe lo que pasará en los próximos meses cuando se repartan los títulos individuales, pero si hay justicia, Vinicius debería arrasar. Estamos ante un jugador diferencial, que juega y hace jugar. Por ponerle un pero, debería haber metido la que tuvo.

Para esto vino Mbappé

Mbappé se estrenó como jugador del Real Madrid ganando su primer título. Así son las cosas por la casa blanca. Y, encima, lo hizo marcando su primer gol, el que cerró la final contra la Atalanta. Rodrygo para Vinicius, Vinicius para Bellingham y el inglés para Kylian, que de primeras la puso en la escuadra. Golazo.

Su partido, hasta ese momento, estaba siendo discreto tirando a malo. Como el de la mayoría de unos compañeros a los que les queda mucho rodaje todavía. Es normal. Estamos a 14 de agosto. En la primera mitad sólo tuvo una ocasión y en la segunda lo intentó con alguna arrancada. Hasta que vio portería. Mbappé ha venido para estas cosas. Para transformar el gol las ocasiones que tenga, para ganar títulos y, sobre todo, para ser feliz. Todo lo está haciendo.

Es normal echar de menos a Kroos

Los primeros 45 minutos de la temporada oficial del Real Madrid evidenciaron varias cosas. Se echa mucho de menos a Kroos. Algo sabido, pero que en el estreno quedó demostrado al ver como los hombres de Carlo Ancelotti no eran capaces de sacar el balón desde atrás con cierto criterio. De hecho, lo hacían sin ningún tipo de sentido. Como el que va improvisando para ver si alguno de sus intentos salen adelante.

Tchouaméni demostró desde el primer minuto que no puede sacar la pelota desde atrás, aunque se incrustase entre los centrales. Luego, lo intentaron Rüdiger y Militao con resultado parecido. También bajó Valverde a esa zona. Incluso, el momento de locura máxima, fue ver a Vinicius yendo a su propia área para tratar de subir la pelota al campo rival. Dos veces lo intentó. Una vez con éxito y otra sin él. Sin embargo, Jude Bellingham, el hombre que tiene que hacer supuestamente de Kroos, no lo intentó ni una sola vez. Curioso cuanto menos.

La otra cosa que quedó clara es que las pretemporadas son necesarias, los jugadores necesitan trabajar juntos, entrenar y jugar amistosos. No pueden ejercitarse dos ratos antes de afrontar el primer título de la temporada. Cosas provocadas por un calendario que asfixia a los protagonistas y perjudica seriamente al espectáculo. Esto quedó claro en el Real Madrid al ver la falta en un ataque perdido al que sólo aportó algo de luz Vinicius.

Un Madrid sin brújula

Decía el directo de la UEFA al término de los primeros 45 minutos que los mejores pasadores del Real Madrid, numéricamente, habían sido  Rüdiger, Militao, Courtois, Mendy, Carvajal. Todos los jugadores de la parcela defensiva del equipo blanco. Normal, no había medular. Tchouaméni no sabía, Valverde se multiplicaba y Bellingham, perdido a pesar de jugar en su posición, no compareció a su cometido. ¿El resultado? Ver una y otra vez a Courtois pegar pelotazos al campo rival en busca de un milagro o mirar a sus compañeros más cercanos, habitualmente Rüdiger y Militao.

Así hereda un número

Valverde lució por primera vez el número ‘8’ que le dejó en herencia su admirado Toni Kroos. El uruguayo lo estrenó siendo de lo mejor de un Real Madrid desdibujado y perdido y haciendo un gol que acercó a los blancos a ganar la Supercopa de Europa. Él también echará de menos.

Militao vuelve a ser Militao

Sin duda, la mejor noticia de esta Supercopa de Europa fue ver que Militao ha vuelto a su nivel. Todavía tiene margen de mejora, ya que las piernas todavía pesan de pretemporada, pero se volvió a ver a ese central rápido, seguro y mandón de antes de la lesión. Una gran alegría para Ancelotti y el Real Madrid. También salvó un gol en la segunda mitad.

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