Vinicius arma la traca
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Hazard vuelve a ser insuficiente
Así te hemos contado el Valencia - Real Madrid
Vinicius armó la traca en Mestalla y el Real Madrid, con mucha fe y mucha flor, remontó en dos minutos al Valencia un partido que tenía más que perdido. El brasileño igualó el gol de Hugo Duro en el 85 y asistió a Benzema para que diera la vuelta al duelo en el 89. El equipo de Ancelotti, con sus defectos y sus virtudes, ya es líder de la Liga.
Ancelotti, un tipo conservador como un notario de provincias que pasó los sesenta tiempo ha, no estaba muy por la labor de hacer cambios en su once. Lo de las rotaciones a él le suena como a Maduro la democracia: a cuento chino. Así que cogió el once que jugó en San Siro el miércoles y lo calcó casi a a carboncillo. Ni Camavinga, ni Rodrygo ni gaitas. Carletto sólo se permitió el lujo de un pequeño retoque en la alineación del Real Madrid: Hazard por Lucas Vázquez. Ahí a lo loco.
Los blancos se plantaban en Mestalla donde les esperaba un Valencia made in Bordalás, que se ha convertido en uno de los equipos que ha arrancado la Liga como un tiro. Ancelotti alineaba a Courtois; Carvajal, Militao, Alaba, Nacho; Casemiro, Modric, Valverde; Hazard, Vinicius y Benzema. Al Valencia iba a echar en falta a su capitán Gayá, baja de última hora, pero contaba con Carlos Soler y Guedes, dos de los jugadores más en forma de la Liga… con permiso de Vinicius.
El duelo de Mestalla, que lucía un aspecto como en los buenos tiempos, arrancó con ritmo y pierna fuerte. El Valencia se saltaba el mediocampo y sólo buscaba balones largos de los centrales a la espalda de los ídem del Real Madrid. Ancelotti dispuso una variante táctica para encajar mejor a Hazard en la mediapunta. Doble pivote para Casemiro y Modric, con Valverde, el citado Hazard y Vinicius por delante y Benzema como referencia arriba.
La presión alta del Valencia dificultaba la salida de balón del Real Madrid, que buscaba a Hazard para dar un respiro por velocidad. Así llegó la primera ocasión de los blancos en el minuto 10. Acción vertical del belga, que vio el desmarque de ruptura de Valverde. El disparo raso del uruguayo lo rechazó abajo Mamardashvili con mano firme.
Hazard también existe
La buena noticia para Ancelotti era que Hazard andaba suelto como un okupa por Barcelona. Driblaba, se ofrecía, llegaba. Oye, que se parecía incluso a sí mismo. Eso sí, en defensa era un liberado sindical. Le faltaban los langostinos nada más.
Mientras, a Bordalás le había mirado un tuerto. Se le rompieron de golpe Carlos Soler y Thierry Correia. A Ancelotti también se le rompió Carvajal en el 25, así que tuvo que meter a Lucas Vázquez. La maldición del lateral derecho del Real Madrid con las lesiones musculares ya dura más de dos temporadas.
En el 27 el Valencia aceleró la contra y Maxi Gómez retrató a Alaba al ganarle la espalda. El delantero valencianista dio tres vueltas de campana para fingir un penalti que no existió ni en su imaginación. El contacto, leve e insuficiente para pitar falta, había sido fuera del área.
El Madrid resistía pero apenas se asomaba al área del Valencia. Un tiro lejano de Casemiro en el 31 probó los guantes de Mamardashvili. Funcionaban. La pelota era del equipo de Bordalás y el repliegue, del equipo de Ancelotti, que defendía con todos en campo propio menos los exentos Hazard y Benzema.
Vértigo en Mestalla
En la cuesta abajo hacia el descanso el Real Madrid fue inclinando el partido rumbo al campo valencianista. Pero los locales respondieron en el 42 con la mejor ocasión del partido, un cabezazo de Paulista, que le ganó la partida a ese despiste travestido de central que se llama Militao. Courtois salvó bajo los palos con una agilidad impropia de su corpachón.
Con cuatro minutos de añadido el Valencia dispuso de una ocasión postrera en una falta directa que botó Maxi Gómez y que se marchó desviada por poco a la derecha de Courtois. Con esa ocasión pusimos fin a un primer tiempo intenso y feo, como Alfredo Landa con las suecas en una película.
A la vuelta del entretiempo apenas 15 segundos tardó el Valencia en retratar a la zaga del Madrid, Militao mediante, y en aparecer otra vez Courtois para salvar a su equipo con un pie milagroso. El equipo de Ancelotti amplió su torrija defensiva en el 49 en una acción en la que Yunus sentó a Alaba y Guedes pudo hacer el 1-0 pero su disparo se fue arriba.
Ancelotti se percató de que su equipo estaba a punto de liarla parda, así que puso a calentar de golpe a Rodrygo, Asensio y Camavinga. Pero no le sonó la alarma del Nokia, así que se marcó un Don Tancredo y no movió ficha. Mientras, su equipo se iba desangrando centímetro a centímetro sobre el césped de Mestalla. Apenas algún ramalazo de Benzema, Hazard o Lucas Vázquez y poco más.
El Madrid se había fumado más de una hora de partido en Mestalla sin una ocasión clara que llevare a la boca. Camavinga iba a ser el primer cambio de Ancelotti por decisión técnica, pero no le dio tiempo. Antes (era el 65) marcó el Valencia. Fue un centro al área de Foulquier que despejó mal, muy mal, Lucas Vázquez. La pelota le cayó a Hugo Duro, que la empaló de volea y batió por bajo a Courtois.
Hugo Duro adelanta al Valencia
Carletto metió a Camavinga por Casemiro y a Rodrygo por Modric en busca de una remontada imposible. Raudo la tuvo Benzema con un disparo a bocajarro que rechazó con la cara el portero del Valencia. El Real Madrid tocó a rebato y replegaron los de Bordalás. También Rodrygo se asomó al área, pero su disparo se marchó fuera.
A falta de 13 más el alargue Ancelotti sacó de golpe a Isco y a Jovic (que aún sigue en el Madrid) por Hazard y Fede Valverde. El Madrid ya era un equipo que tenía más delanteros que Pedro Sánchez asesores. Vinicius, Benzema, Rodrygo y Jovic, ahí todos al bulto.
Pasaron los minutos y el Real Madrid tuvo que esperar a un rebote para marcar el 1-1 en el 85. Lo logró Vinicius, a pase de Benzema, con un disparo que rechazó en Foulquier y acabó despistando a Mamardashvili. Los blancos estaban a punto de llevarse un ídem milagroso de Mestalla. Pero no se vayan todavía, que aún hay más. Otra vez Vinicius apareció, en esta ocasión para asistir a Benzema, que se adelantó de cabeza al portero local para marcar el 1-2 en un minuto mágico.
Era el 89 y el Real Madrid de Ancelotti, con flor y fe, había logrado una remontada que le daba tres puntos milagrosos que le sitúan como líder de la Liga. Los blancos aguantaron la prolongación y sellaron una remontada exprés y maravillosa para armar la traca en Mestalla. Y con Vinicius estelar. Otra vez.