De cabeza al liderato
La Liga, como la tierra, para el que la trabaja. Y el Real Madrid se la trabajó y mucho en Zorrilla. Le costó un mundo derrotar a un Valladolid peleón y bien armado y lo acabó consiguiendo en la segunda mitad gracias a un cabezazo imposible de Nacho, héroe por accidente, que dio los tres puntos a los de Zidane y, de paso, el liderato de la Liga.
Zidane volvía a tirar de su guardia pretoriana pero sin uno de sus mejores soldados. Sorprendía el descanso para Valverde, pero era una rotación prevista y que afectó a Kroos y Modric en la Copa. Nacho entraba por el sancionado Carvajal en el lateral derecho y Mendy volvía a la izquierda. En el centro seguía intocable Casemiro y arriba otra vez Rodrygo recuperaba la camiseta de titular para acompañar a Isco y Benzema.
Salió mandón el Valladolid ante un Real Madrid que se plantó frío en Zorrilla. Manejaban la pelota los locales con un fútbol directo que buscaba rápido a sus dos rápidos delanteros: Sergi Guardiola y Enes Unal. Un brutal entradón de Joaquín sobre Rodrygo en el minuto 11 desencadenaría la primera reacción en cadena del partido.
Primero, porque De Burgos Bengoetxea le perdonó una roja de manual. Después porque la falta, botada con precisión milimétrica por Kroos, la cabeceó Casemiro a la red. El brasileño, convertido en Pichichi improvisado del mes de enero, hacía el 0-1… pero el VAR revisaba la posición de Case y anulaba el tanto por tres centímetros arriba o abajo. Zorrilla y Sergio respiraban con alivio.
Al Madrid le falta intensidad
Volvió a la carga el Valladolid y a replegarse el Real Madrid envuelto en una capa de sufrimiento y solidaridad. El principal problema del equipo de Zidane era la falta de intensidad, capítulo en el que era superado de largo por el equipo local. No había ocasiones, así que tanto Masip como Courtois vivían tranquilos… y congelados.
El partido era un barullo permanente, una guerra de guerrillas, una ceremonia de los Goya: pesado, aburrido y con un mal guión. El Valladolid, eso sí, tenía el partido donde quería: empatado y sin pasar apuros. El Real Madrid iba inclinando el partido hacia el área de Masip pero se le había ido consumiendo el primer tiempo como por ensalmo. El gol anulado a Casemiro y nada más, con ese bagaje se fueron los de Zidane al descanso.
Del que volvieron algo más enchufados. Isco, Modric y Benzema salieron resueltos a asociarse y el Real Madrid a monopolizar la pelota con una posesión rayana en el egoísmo. Raudo encerraron los blancos al Valladolid, que se pertrechó por delante de la meta de Masip como espartanos en las Termópilas.
Espabila el Madrid tras el descanso
Rodrygo en el 50 dio el primer aviso del Real Madrid. Su disparo seco y raso lo desvió felinamente Masip. También la tuvo Kroos un par de minutos después. Los visitantes empezaron a acumular llegadas y córners como Imelda Marcos acumulaba zapatos en sus vestidores o la Preysler baños. Ahora sí, el Real Madrid había activado el modo liderato.
Al filo de la hora de partido también la tuvo Benzema, pero el francés ni tiró ni asistió un centro que había recibido dentro del área pequeña. Luego Isco desperdició una falta en la frontal que era casi un penalti sin barreras. El Real Madrid estaba empezando a desperdiciar ocasiones claras para adelantarse en el marcador.
Otra de Benzema con la cabeza, esta vez a pase de Rodrygo, se sumó al zurrón de ocasiones perdidas del Real Madrid. Zidane esperó al 73 para mover ficha: Lucas Vázquez por Isco. Desdibujado y apagado el malagueño, Zizou apostaba por un 4-4-1-1 con Modric como mediapunta por detrás de Benzema.
Un héroe llamado Nacho
Y cuando más le costaba al real Madrid encontrar el gol apareció Nacho –sí, Nacho– para sacar a los de Zidane del apuro en Zorrilla. Kroos la puso al área con su mira telescópica y el canterano cabeceó a la remanguillé, desde lejísimos, bombeado y su remate describió una curva imposible para hacer el 0-1. Golazo. Con fortuna, sí, pero golazo.
El gol del héroe por accidente, lejos de calmar al Real Madrid, espoleó algo al Valladolid, que empujó en los últimos minutos en busca de la igualada. Pero los de Zidane resistieron, aguantaron y acabaron llevándose para la capital de España los tres puntos –susto con el gol anulado al Valladolid incluido– y con ellos el liderato de la Liga.