Rodrygo no falló a Zidane y completó un partidazo contra el Galatasaray
Rodrygo Goes fue una de las apuestas de Zidane en el importantísimo partido frente al Galatasaray en Estambul y el joven brasileño respondió con creces en un encuentro de dificultad máxima y en el que demostró desparpajo y compromiso.
Entre las apuestas de Zidane para el Galatasaray – Real Madrid, posiblemente el encuentro más importante de lo que va de temporada, se encontraba un Rodrygo Goes al que el técnico galo le tiene muchas esperanzas puestas de cara al futuro… y también al presente. Lejos de los rumores que le colocan como un entrenador que no le da oportunidades a los jóvenes, Zizou le dio la alternativa al brasileño de 18 años, que respondió con creces ante un reto de gran magnitud como el vivido en Estambul.
Rodrygo lo dejó todo en el terreno de juego, tanto en defensa como en ataque. Ocupando la banda derecha en el tridente ofensivo del Madrid, el jovencísimo atacante sudamericano corrió la banda durante los 80 minutos en los que estuvo en terreno de juego. Ayudando a Carvajal una y otra vez, incluso llegando a área propia, a Rodrygo le quedaron las fuerzas para llevar peligro desde el costado derecho, con acciones que combinaron pragmatismo y virtuosismo, aunque no tuvieron el premio del gol en los momentos en los que contó con la oportunidad de finalizar.
La labor de Rodrygo fue efectiva, en gran medida, merced a la consistencia del once alineado por Zidane de inicio en Estambul. El trío de centrocampistas, con Casemiro como eje, Kroos creando y ejecutando y Valverde siempre listo para barrer y distribuir fue clave para que el Madrid no se partiera como sucedió en Mallorca y siempre estuviera más cerca primero de la victoria y más tarde del gol que finiquitara el partido.
El compromiso mostrado por el adolescente brasileño, sin embargo, dijo basta pasado el minuto 80 de partido, justo después de que Zidane realizara los dos primeros cambios del partido. Rodrygo no pudo llegar a un envío largo de Marcelo y a continuación se tiró en el suelo exhausto, poniendo punto y final, a un partido que le confirma como una opción a tener en cuenta para futuros compromisos de peso.