Liga Santander: Real Madrid - Valencia

El Madrid rebrota

El Real Madrid rebrotó ante el Valencia con 20 minutos mágicos en el inicio y en el final del partido. En el medio sufrió, es cierto, e incluso el Valencia pudo haberse puesto por delante en el marcador del Di Stéfano si no lo hubiera evitado justamente el VAR. Benzema, con un doblete, y Marco Asensio, que volvió después de once meses, rubricaron la victoria de los de Zidane, que siguen la estela del Barcelona.

Para el segundo partido de la desescalada liguera Zidane rotaba pero no tanto. Eran retoques, como los que se hacen las modelos y las señoras pudientes. Chapa y pintura. Mendy por Marcelo y Fede Valverde por Rodrygo. Si Isco hubiera estado sano habría entrado por Modric pero poco más. Los pocos cambios son prueba inequívoca de que Zizou no se fía demasiado de lo que tiene por el banquillo.

Lejos quedan los tiempos del doblete en 2017 cuando el Real Madrid tenía en la segunda unidad a tipos fiables como Danilo, Pepe, Nacho (aquel Nacho), Kovacic, James (aquel James), Asensio, Isco o el mismísimo Morata. Esta plantilla no es aquella y Zidane lo sabe, por eso las rotaciones en esta Liga exprés serán casi por obligación.

Dominó el Real Madrid de salida ante un Valencia que replegó, bien porque quería bien porque le obligaron los de Zidane. La pelota iba de pie a pie de jugadores del Real Madrid como la bolita en el tocomocho. Los de Celades no acertaban a ver dónde estaba la bolita. Con un centrocampista más (aunque Fede Valverde se disfrazara de interior derecho) el Madrid circulaba mejor.

Apenas superado el minuto 10 tuvo Hazard la primera ocasión del partido después de una preciosa y vertiginosa jugada tejida entre Kroos y Benzema. El belga le pegó mal en el mano a mano con Cillessen y el holandés rechazó con el pie. Respondió el Valencia con una magnífica contra finalizada por Rodrigo Moreno. Courtois desvió con el filo de su guante izquierdo el disparo del internacional español y la pelota acabó repelida por el poste.

El Valencia invierte el partido

La ocasión hizo titubear al Real Madrid, que bajó un cambio en la presión y en el ritmo con la pelota. Al Valencia le ocurrió lo contrario. Empezó a estirarse como la duración de los ERTEs. El partido se había invertido de área y fruto de esta inversión llegó el gol de Rodrigo pasado el minuto 20. La jugada era dudosa y Sánchez Martínez fue a verla al monitor. Al final, Maxi tenía el talón en fuera de juego y el tanto fue correctamente anulado.

Reaccionó el Madrid frisando la media hora con una ocasión de Carvajal que volvió a sacar Cillessen con otro buen pie abajo. Fue un espejismo porque el Valencia empezó a sentirse más cómodo que Pablo Iglesias en su casoplón de Galapagar. Casi al filo del 45 volvió a ser protagonista Courtois al sacar una magnífica mano a disparo de Kondogbia.

Fue el último aviso del equipo de Celades antes que al Real Madrid le salvara la campana del descanso. Zidane tenía trabajo para coser un equipo que había salido a mandar y había acabado obedeciendo. Después de 20 buenos minutos iniciales el Madrid se diluyó y el Valencia se creció. Sólo el VAR y el buen desempeño de los porteros permitió llegar con 0-0 al intermedio.

Hazard-Benzema, sociedad ilimitada

En la reanudación el Real Madrid se sentía como un pasajero de Ryanair: incómodo, estrecho y con poco espacio. Pasaban los minutos y Zidane puso a calentar a Vinicius y a Asensio. El Valencia hizo el acordeón y volvió a echarse atrás. Celades movió ficha primero y metió de golpe a Gameiro y Guedes por Ferran y Maxi antes de la hora de partido.

Y fue justo ahí cuando el Real Madrid hizo el primero. La jugada nació en la recuperación en banda de Sergio Ramos. Hazard condujo y encontró a Modric, que volvió a apoyarse en el belga. A un toque Hazard asistió a Benzema, que hizo el 1-0. Zidane respiraba. Como respiró Marco Asensio cuando, once meses después, volvió a sentirse futbolista al entrar al campo.

Asensio es uno de esos jugadores que nacen cada 50 años. Por eso tardó menos de 30 segundos en marcar. Sí, 30 segundos. Casi como el día que debutó con el Real Madrid en una Supercopa ante el Sevilla. La jugada (justo es decirlo) la hizo Mendy y la hizo bien. Desbordó a su par y asistió a Asensio, que la pedía dentro del área. Se la puso y zas: gol de Asensio. Lo celebró con su mejor sonrisa y con él todos sus compañeros.

El gol de Asensio desmelenó al Real Madrid y terminó con la resistencia del Valencia. Zidane metió a Vinicius para dar descanso a Hazard. Todos los jugadores se gustaban y tejían un fútbol sedoso y grácil. Así llegaría el 3-0, después de una maravillosa asistencia de Asensio y una ejecución final de Benzema, sombrerito al defensa incluido, de una plasticidad bárbara. Ese gol fue el colofón perfecto para un partido en el que el Real Madrid volvió a rebrotar en la Liga.

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