Luz verde por la Liga
Un Real Madrid ecológico, verde y eficiente, derrotó al Espanyol en un triunfo de oficio. Varane y Benzema hicieron los goles en un partido que tuvo poca historia. Los blancos, a pesar de las bajas y las rotaciones de Zidane, pudieron golear a los pericos, que dieron una mala imagen en el Bernabéu.
Entre lesiones y descansos Zidane le dio la vuelta al Real Madrid. Sin Hazard ni Bale, ambos en la enfermería, y sin Modric ni Isco, ambos en el banquillo, el equipo blanco se encomendaba a los dos muchachos brasileños, Vinicius y Rodrygo, y al sempiterno Benzema, otrora cuestionado y ahora jugador franquicia, qué cosas.
De salida raudo dominó el Real Madrid ante un Espanyol con más urgencias que un encierro de los sanfermines. Los de Machín se refugiaban en campo propio, juntas las líneas y de cinco la defensa, para tratar de resistir el primer arreón blanco. Consiguieron llevar el 0-0 hasta el primer cuarto de hora sin que Diego López pasara agobio alguno.
No jugaba mal el Real Madrid, dogmático, respetando el guión de laterales bien abiertos, delanteros profundos y fútbol a uno o dos toques. Pero les faltaba un electricista que diera la luz en los últimos metros y convirtiera el dominio territorial en ocasiones de gol.
Tanto fue así que el primer susto lo dio el Espanyol. Fue en el 25 después de un perfecto cabezazo de Granero que desvió con reflejos Courtois. Respondió el Real Madrid con una jugada individual de Vinicius que finalizó, para variar, mal. Puso el tobillo al revés y le salió, más que un disparo, una cesión a Diego López. Y así nos fuimos a la media hora.
El Real Madrid manda, Varane marca
El Madrid incrementó su asedio camino del descanso. La tuvo Valverde con un disparo desde la frontal que desvió con una mano espectacular Diego López. Se mascaba el gol, que llegaría en el 37. La jugada la coció Benzema, que dejó sentados a tres defensores pericos y vio en el área a su compañero Varane, que se había quedado enganchado tras un córner. El central francés tuvo la sangre fría y el talento que le falta a Vinicius y marcó en el mano a mano con Diego López.
El tanto dio al Real Madrid unos espacios deseados y esperados. Apareció Vinicius para mostrar lo mejor de él (la velocidad) y lo peor (la imprecisión). Una fulgurante carrera del brasileño le dejó solito ante Diego López. Tiró al muñeco. Para variar. A veces resulta frustrante ver su impotencia para marcar gol con la capacidad que tiene para generarse ocasiones de la nada.
Con el mano a mano interruptus de Vinicius llegamos al descanso, del que volvimos con el Espanyol dispuesto a liarse la manta a la cabeza. Casemiro tuvo que apagar el primer fuego con un cruce salvador y monumental. Luego tuvo Benzema el 2-0 en un clamoroso mano a mano con Diego López. El francés había recibido un pase filtrado por Valverde, pero el meta espanyolista aguantó en la salida y sacó un pie de la nada para evitar el tanto de Karim.
En busca de la contra perdida
El Real Madrid cambió el guión. Empezó a fiarlo todo a las contras porque el Espanyol dejaba latifundios a las espaldas de su defensa. Mientras, pasaban los minutos y Zidane ponía a calentar a jugadores en la banda. Brahim, Modric y Jovic podían ingresar en cualquier momento a un partido que se había ido cayendo en la segunda mitad.
Vinicius seguía con su show particular de errores. Se equivocaba más que Isabel Celaá en una rueda de prensa. Sí acertó en el 70 cuando asistió a Benzema, cuyo disparo lamió el palo derecho de Diego López. Se gustaba el Real Madrid, pero no tenía ni de lejos cerrado el partido.
El Espanyol esperaba llegar al minuto 80 con opciones, pero entonces volvió a aparecer Valverde, el mejor jugador del partido, para asociarse con Benzema, que culminaría el 2-0 con un remate dificilísimo que se coló a la derecha de Diego López.
El tanto de Karim sentenció al Espanyol, pero Mendy quiso dar emoción al partido al ver la segunda amarilla en otra entrada grosera. Fueron dos amarillas de bulto, evitables, de jugador que piensa poco y que encima complican a Zidane la elección de un lateral izquierdo para Mestalla. Salió Militao para tapar averías.
Al final, el Espanyol lo intentó pero el Real Madrid supo resistir con uno menos y salvar una victoria que le permite mantener el pulso con el Barcelona en lo más alto de la Liga.