Liga Santander: Real Madrid - Cádiz

Este Madrid es un carnaval

Este Real Madrid, le pese a quien le pese, es un carnaval, una chirigota de equipo que cayó ante el Cádiz, un recién ascendido que pudo golear en el primer tiempo. El campeón sucumbió a una nueva Zidanada (bueno, varias) y algunos jugadores –Marcelo, Modric o Isco, entre ellos– demostraron que ni están ni se les espera. Parece que el Bernabéu no es lo único que tiene que reconstruir Florentino… y con urgencia.

Después de las selecciones llegan las rotaciones. En Zidane, más que costumbre, es vicio. Entre bajas y descansos el técnico del Real Madrid presentaba una alineación plagada de novedades incluido un posible cambio de sistema. En defensa no tocaba la pareja de centrales (Varane y Ramos), pero daba entrada a Marcelo en la izquierda y repetía con Nacho como lateral diestro de guardia. Por delante, sin Casemiro ni Valverde, Kroos y Modric formaban una suerte de doble pivote. Luego, una línea de tres con Lucas Vázquez, el protegido de Zizou, en la derecha, Vinicius en la izquierda e Isco como mediapunta. Arriba, quién sino, Benzema.

A Valdebebas llegaba el Cádiz, el segundo equipo de España, un club que cae bien a todo el mundo y que representa toda una filosofía de vida resumida en el cántico: «Alcohol, alcohol, alcohol, hemos venío a emborracharnos, el resultado nos da igual». Bromas aparte, el equipo de Álvaro Cervera se había ganado a pulso el derecho a volver a Primera y sólo el coronavirus ha podido impedir que esa vuelta fuera por todo lo alto y en el Bernabéu.

Y fue precisamente el Cádiz el que estuvo a punto de adelantarse en el Di Stéfano antes del minuto 2. Una empanada cocinada entre Modric y Kroos en la frontal del área del Madrid, devino en una involuntaria asistencia del alemán a Negredo, que se quedó solo delante de Courtois, le superó y cuando se venía el 0-1 apareció de la nada Sergio Ramos echándose al resbalillo para evitarlo en la misma línea de gol. Primer aviso para el Madrid.

Manda el Cádiz

Hablemos de táctica. El Cádiz estaba bien plantado y con una presión que bloqueaba la salida de balón del Real Madrid. Kroos y Modric no sabían por dónde les soplaba el aire. Isco mediapunteaba con un trote cochinero propio de la pachanga de los jueves…del equipo de los veteranos. El Choco Lozano tuvo la segunda de los visitantes, pero se escoró demasiado al meterse en el área y su disparo centrado lo rechazó sin apuros Courtois.

Volvió a perdonar el Cádiz (y ya iban tres) antes del cuarto de hora en un remate de Negredo que se marchó a la derecha de Courtois. La cuarta sería otra vez de Negredo en un tiro que se envenenó y que salvó con una soberbia mano abajo el portero del Real Madrid. Y un minuto después de nuevo el delantero formado precisamente en Valdebebas, otra vez de cabeza, tuvo la quinta. Sí, sí, que no les engaño, cinco ocasiones del Cádiz en 15 minutos. Y, claro, en el 16, a la sexta, llegó la vencida. El gol lo marcó casi sin querer Lozano tras una asistencia de cabeza de Negredo. Tarde, pero se hacía justicia al repaso del Cádiz en el primer cuarto de hora.

El tanto obligó al Real Madrid a estirarse, siquiera fuera por vergüenza torera. Pero nada. Impotencia y fealdad a partes iguales marcaban su fútbol. El juego del equipo blanco era tan infumable que daba para que Zidane hiciera tres cambios de golpe, por no decir cinco que tiene rima.

Pasaron los minutos y llegó el desgaste al Cádiz, que no el fútbol al Real Madrid. Varane a la salida de un córner pudo hacer el 1-1 en un cabezazo picado, pero su remate salió desviado a la derecha de Conan. Fue un paréntesis en la infamia de primer tiempo que perpetraron los de Zidane. Mención especial para Modric, que firmó uno de los peores partidos de su carrera, para un Marcelo acabadísimo y para un Isco que sólo fue un bulto sospechoso.

Zidane, de cuatro en cuatro

El descanso sobrevino como la mejor noticia para el Real Madrid, igual que el resultado: un 0-1 que debió ser un 0-3. Zidane se lio la manta a la cabeza e hizo cuatro cambios de golpe. Tres por decisión propia –Casemiro por Modric, Valverde por Isco y Asensio por Lucas– y uno obligado: Militao por Sergio Ramos. Para que luego digan que las cosas no pueden empeorar.

Los cambios mejoraron al Real Madrid, quizá porque era imposible empeorarlo, claro. Fede Valverde y Casemiro insuflaron presencia y vigor al mediocampo. Vinicius apareció en alguna escaramuza para terminar las jugadas tan mal como siempre. El desgaste era el gran enemigo del Cádiz más que el equipo de Zidane, que llegó a la hora de partido por detrás en el marcador.

Diez córners alcanzó el Cádiz en el minuto 66 ante un Real Madrid que era una copia del Gobierno de Pedro Sánchez: despistado, incapaz e incompetente. Cada ataque del campeón liguero era un soneto a la impotencia. Vinicius la falló (como siempre) en el 67 en un cabezazo de espaldas. A los de Zidane se les iba consumiendo el tiempo.

Jovic salió a falta de 13 minutos más el alargue para el final. Y marcó. Lástima que Benzema estuviera en fuera de juego y se lo anularan con justicia. Para un gol que mete el serbio… Esto ya era el minuto 80 y el Real Madrid ni siquiera apeló a la heroica. Sin Ramos este equipo no tiene ni alma. El travesaño se cruzó en el camino de Benzema en el 81. Fue la primera y última ocasión clara para los de Zidane, que siguieron al trote cochinero hasta el final y rubricaron su primera derrota de la temporada. Me temo que no será la última.

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