Mucho tacón, poca pandereta
Ancelotti tiene deberes antes de la final
Las paradas de Courtois que llevaron al Real Madrid a la final
No amanece para los blancos; eso sí, siguen en competición. El lento despertar equivale a una falta de fluidez ofensiva y a una confusión defensiva que merma la intimidación y, lejos de ahuyentar, anima al oponente a lanzar ataques y contraataques aprovechando el exceso de espacios y puertas abiertas que deja el Real para que el rival pueda celebrar. Sin ritmo, sin consistencia, el tren no será de largo recorrido.
El Valencia, bien pudo ganar con un plan inverso al del Villarreal de Setién, fue actitud y unidad; un fundamento, la evitación para el afrontamiento de una competición donde nadie contaba con ellos. Impedir que el Madrid cogiese ritmo, cerrar líneas para que todos los intentos creativos de Benzema fuesen ciegos y humildad para ir directo al gol siempre que los blancos abriesen la puerta.
Courtois, valor diferencial. Mal síntoma. Los equipos son mejores cuando los arqueros cogen frío. No cierran los blancos, no hay coraza ni bloque que impida la progresión, siendo el mal de la temporada. La asignatura pendiente, incluso en los tiempos mejores, era la portería a cero. Si vas bien de piernas surge la creatividad, la fantasía y el uno contra uno; así era, ahora, no hay sonrisa ni tac-tac. Con latido bajo, un gol es victoria o derrota así que portería a cero para ganar, a uno para empatar, y con más de uno ya no hay victoria porque este Madrid necesita más pandereta para jugar con ventaja ofensiva.
Benzema, Modric, Kroos y Asensio. Los penaltis nunca han sido una suerte. Puede darse que Zico, Sócrates o Platini se den la vuelta con la cabeza gacha pero, eso, sólo se dio en México, en el 86, en el Mundial del Diego. Cualquiera de los cuatro lanzadores blancos sería el especialista número uno en otro equipo. Así que fallar uno era perder, la obligación para el Valencia era tal que Gayá, en tiempo real, entendió que renunciar a la última contra en el tiempo reglamentario había sido una mala decisión.
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- Thibaut Courtois