Luis Enrique confiesa por qué se marchó gratis al Barcelona
Pese a que el Real Madrid le ofreció la renovación, Luis Enrique se marchó a coste cero al Barcelona, donde jugaría ocho campañas.
Tras cinco temporadas en el conjunto blanco, con el que disputó un total de 241 partidos, Luis Enrique decidió no renovar su contrato para emprender una nueva aventura en el eterno rival. Muchos aficionados del Real Madrid no entendieron la marcha del asturiano al Barcelona, que nunca fue bien recibido en el Bernabéu desde entonces.
Cuestionado en el programa ‘Colgados por el aro’ por su marcha a coste cero al equipo catalán, el ahora seleccionador ha comentado: “No generas ningún odio al irte a otro club. Es liberación de hormonas. Te puede ir bien y los hacemos por el bien. Hay que potenciar que los jugadores cambien más de equipo”.
“Fue bonito irme gratis. No llegamos a un acuerdo y tomé el camino que decidí. Fue muy gratificante como jugador que Capello dijera que no podía entender que me hubiera ido libre. Atraía más los gestos o la polémica. Una cosa es la reacción de un público de un estadio. En Madrid siempre he recibido cariño. En mi tercer año me llamaron para renovarme y no fructificaron porque no me volvieron a llamar. A partir de ahí quizá mi rendimiento no fue el necesario para convencerlos. No era uno de los pilares del equipo”, ha añadido Luis Enrique, que en su última temporada en el Real Madrid jugó 50 encuentros.
El asturiano celebró efusivamente un gol en el Santiago Bernabéu, algo por lo que también ha sido preguntado: “Para uno marco tenía que celebrarlo”. También sobre los pitos que escuchaba en el feudo merengue: “Es un estadio que cuando hay rivales pequeños espera que sucedan cosas para animar. Cuando llega la Champions son calientes y pesan”.
“¿Cochinillo? Cayó una cosita por allí”
Todavía peores que los recibimientos a Luis Enrique en el Bernabéu fueron los recibimientos a Figo en el Camp Nou cuando éste cambió el Barcelona por el Real Madrid, algo de lo que también ha hablado Luis Enrique: “Estábamos en corro antes de empezar el partido no nos oíamos a un metro. Había una tensión acumulada de mucho tiempo y al final cayó una cosita por allí… Fue un partido increíble. Es de esos partidos que se te quedan grabados y era imposible que perdiéramos. Aquel día si sacamos once corderos vestidos del Barça ganan el partido seguro porque era imposible no dejarse llevar por el ambiente, pero a ese nivel destaco ese partido”.