Isco, un bulto sospechoso ante el Cádiz: demostró otra vez que está fuera de forma
Isco Alarcón fue titular ante el Cádiz y fue sustituido en el descanso tras su mal partido en la primera mitad
El malagueño estuvo al mismo nivel que sus compañeros y Zidane decidió dejarle en el banquillo tras 45 minutos para olvidar. Su nivel físico está muy lejos de ser el mejor para jugar al fútbol
No está. Quiere, pero no está. El partido de Isco contra el Cádiz estuvo en la misma línea que el de sus compañeros. Es decir, en algún momento dio la sensación de que está muy lejos de ser un futbolista capacitado para lucir la camiseta del Real Madrid. El malagueño no fue el peor de su equipo en la primera mitad, ya que ese premio tenía varios candidatos, pero al ‘22’ se le notó demasiado que está lejos de su mejor nivel.
Isco lo intentó mientras estuvo en el campo. La pedía, se ofrecía y no aportaba absolutamente nada, ya que era incapaz de mostrar su nivel. No hay que olvidarse que este jugador hace no tanto fue titular en dos finales de Champions y clave en la segunda edad dorada del Real Madrid. Pero esos tiempos ya pasaron y ahora mismo su nivel no le da para jugar con el campeón de Liga.
El nivel físico de Isco está lejos de ser el ideal de un profesional del fútbol. Su cabeza todavía funciona, pero su cuerpo no le acompaña. Es un jugador que atesora una calidad envidiable en sus botas, pero en estos momentos no está capacitado para ayudar al equipo. De vez en cuando brilla con algún desmarque que suele quedar en nada, porque a la hora de tener que decidir su pensamiento lo tiene claro y sus piernas no son capaces de ser precisas. Su partido lo define una acción en la que tras desmarcarse, recibió dentro del área, asistió, el balón golpeó en un zaguero rival y se cayó solo sobre el verde. Una jugada que hizo estallar al madridismo y que posiblemente terminó de colmar la paciencia de Zidane, que siempre le ha defendido.
A la conclusión de los 45 primeros minutos Zidane podía sustituir a 10 de los 11 jugadores, sólo se salvaba Courtois, pero sólo tiene cinco cambios y tras el paso por los vestuarios decidió hacer cuatro sustituciones. Un obligada, la de Ramos, que sufrió un golpe en la rodilla, y el resto, donde estaba Isco, para intentar levantar un partido que en el primer acto había rozado el ridículo. El andaluz se quedó en la caseta y lo peor es que volvió a demostrar que queda muy poco de ese jugador que siempre sumaba.